Secuestrada. -Jk-

Prólogo

El viento susurraba entre los árboles, llevando consigo los últimos vestigios de la tarde.

Las luces del vecindario comenzaban a encenderse, creando un débil resplandor que apenas penetraba la penumbra creciente.

T/N caminaba despacio hacia su casa, su mochila pesada por los libros y los sueños adolescentes que siempre la acompañaban. Era una noche como cualquier otra, o al menos eso parecía.

De repente, un chirrido metálico rompió el silencio. TN giró, sus ojos se encontraron con la sombra de una furgoneta oscura aparcada a unos metros de distancia. Sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero sacudió la cabeza y siguió caminando. El miedo era un susurro constante en su mente, un eco de advertencias pasadas que siempre parecía exagerado.

Pero esta vez, no lo era.

Unas manos fuertes y ásperas la atraparon, cubriendo su boca antes de que pudiera gritar. El mundo se volvió borroso, reducido a un caos de movimientos y ruidos sordos. Trató de luchar, de liberarse, pero la fuerza que la arrastraba era implacable. La furgoneta se abrió ante ella como una boca hambrienta, y en un instante, Tn desapareció en su oscuridad.

La calle quedó en silencio, como si nada hubiera sucedido. Las luces seguían parpadeando, indiferentes. Y así, en una noche cualquiera, la vida de TN cambió para siempre.

Lo que ella no sabía era que su desaparición era solo el comienzo de una verdad mucho más oscura y peligrosa. Una verdad que había estado acechando en las sombras, esperando el momento perfecto para revelarse.