El objetivo de mi objetivo

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Ahora , Jungkook llevaba días preparando el nuevo movimiento, y esta vez, decidió usar nuevamente a la chica para atraer a su próxima víctima.

La había instruido meticulosamente, enseñándole exactamente qué decir y cómo actuar para seducir al hombre que había elegido. Ella, con su mirada vacía y con esos movimientos calculados, era la pieza perfecta que necesitaba.

Esa noche la luna apenas se asomaba entre las nubes.

En el bar clandestino donde lo tenían todo planeado, tn, se acercó al hombre. Él, un tipo robusto y de aspecto endurecido, la observó con desconfianza desde el primer momento. Los rumores en la ciudad habían corrido rápido: una mujer extranjera estaba siendo usada para atraer a hombres a su muerte.

Ella sonrió débilmente, repitiendo en su mente las instrucciones que Jk le había dado. Se sentó a su lado, fingiendo interés. Su voz, aunque temblorosa, sonaba dulce mientras comenzaba a hablar con él.

—¿Te gustaría acompañarme a un lugar más privado? —susurró, tal como le habían enseñado.

El hombre la miró, sus ojos oscuros no reflejaban más que dureza. Sin embargo, aceptó con un asentimiento, sabiendo que algo más estaba en juego. La siguió fuera del bar, mientras ella caminaba lentamente hacia el callejón donde sabían que esperarían Jungkook y sus hombres.

Al llegar, el hombre se detuvo bruscamente, manteniendo la distancia. Su mirada se posó sobre ella, penetrante.

—Sé quién eres y qué haces —dijo con voz firme, sin un atisbo de miedo—. He escuchado los rumores. Sabía que alguien intentaría atraparme.

La chica sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies cuando vió que este sacó una pistola y soltó el primer disparo. Las instrucciones se habían desvanecido de su mente, y por un instante, solo pudo mirarlo en silencio, su corazón golpeando frenéticamente en su pecho. Sin embargo, no tuvo tiempo para reaccionar.

De las sombras emergió Jk, con un cuchillo en mano. No había esperado que su presa estuviera al tanto del plan, pero no iba a dejar que todo se arruinara tan fácilmente.

—No deberías haber venido solo —gruñó, avanzando hacia el hombre con rapidez.

En un movimiento desesperado, el hombre intentó defenderse, pero Jk era más rápido y más hábil. En cuestión de segundos, el cuchillo encontró su objetivo, y el hombre cayó al suelo, su vida desvaneciéndose en un charco de sangre.

La chica retrocedió, su cuerpo temblando incontrolablemente. Sabía que había estado a un paso de la muerte, y que solo se había salvado porque Jungkook no podía permitirse perderla. Ella era su arma más valiosa, un cebo que funcionaba demasiado bien… hasta ahora.

—Te dije que no debías fallar —le dijo Jk, acercándose a ella mientras limpiaba la sangre del cuchillo—. Pero te salvé esta vez. No habrá una próxima.

Sus palabras eran una mezcla de amenaza y promesa. La chica asintió rápidamente, temerosa de lo que podría pasar si volvía a fallar. Sabía que su vida pendía de un hilo, uno que el Jungkook estaba más que dispuesto a cortar si lo consideraba necesario.

Al acercarse a ella pudo notar que estaba herida y al parecer por la adrenalina del momento aún no la sentía.

Entonces él la tomó entre sus brazos y la llevó hasta el auto. Después de estar allí sentada no tardó en darse cuenta de su herida y comenzó a hiperventilarce por el miedo mientras que Jk bastante tranquilo llamó a su medico para que fuera a la casa de la chica.

Jk vió su rostro por un momento y notó pánico en ella. Al verla tan alterada el le dijo —Tranquila, no es tan grabe. -

—¡¿Qué no es tan grabe dices!?- ella cada vez más enojada exaltó — ¡Me estoy desangrando frente a tu maldita cara y no es nada grabe!?

El solo se concentró en mantenerla despierta haciéndola tener esas emociones fuertes mientras conducía rápidamente hacia la casa.

Al llegar rapidamente fue tratada por el medico y como había dicho Jungkook, no era nada grave y yá estando mas tranquila, mientras tomaba una siesta el sonido de la voz de Jungkook se escuchaba a la distancia.

Y este al parecer hablaba con alguien por teléfono.
—Hubo un pequeño problema.

— Si. La mercancía resultó herida. Está un poco dañada pero está bien. Seguirá sirviendonos de mucho.

Entonces en en ese momento algo quedó bastante claro. Para Jk ella solo era un peón en su juego.

—Al final yo soy solo eso.. algo desechable. -

Secuestrada. -Jk-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora