Jun Alice tenía un deseo. Uno que incluía a su padre y a su traumático pasado, pero antes de poder cumplirlo algo sucedió. Algo que comenzó a acabar con el mundo lentamente, apenas dejándola pensar y consumándola por completo. En una lucha entre mon...
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CHA HYUN SU NO ES CHA HYUN SU.
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Lachillona risa perforó sus oídos. Alice soltó una maldición por lo bajo, torciendo los labios en una mueca llena de irritación. Eun Yoo fulminó a la muchacha que seguía riéndose sin control, sumida en un mundo de fantasía, mientras abrazaba por el cuello a Bang Jin Ho, con una mano aventurándose por el pecho del soldado. Él miró a Alice con suplica, pero ella se burló, empujándolo más hacia la muchacha loca que había envenenado a Park Chan Young con hongos y del que ahora peligraba su vida, incluso después de consumir el antídoto.
— ¿Es que todos los soldados son tan guapos? — chilló la chiquilla, restregando su rostro en el hueco entre el cuello y el hombro de Jin Ho, que intentó huir de sus manos sin éxito.
Estaban dentro de la casa rodante, en los sillones malgastados y viejos. A unos pasos, Chan Young estaba recostado, tosiendo y teniendo arcadas. Estaba sudando mucho y tenía fiebre, que había bajado lo suficiente luego de consumir la planta extraña que el señor le trajo. Aunque Eun Yoo decía no soportarlo, estaba muy preocupada por él, mirándolo fijamente desde la distancia.
— Deberías dormir un poco — le sugirió Eun Yoo, sin despegar los ojos de Chan Young inconsciente.
Por la ventana se podía ver el cielo oscuro. Ya era pasada de media noche y pronto amanecería, pero no habían podido pegar un solo ojo desde que habían visto a Hyun Su.
— ¿Y tú? También estas cansada.
— Y tú estás herida... — respondió Eun Yoo, mirando la venda que envolvía toda su pierna — otra vez — Alice se llevó las rodillas al pecho, abrazándolas, conteniendo un quejido de dolor que se extendió debido al movimiento —. Duerme. Yo lo cuidaré a él.
Cruzaron miradas, Alice con mucha curiosidad.
Chan Young dejó de temblar, su pecho irregular empezó a elevarse en un tiempo constante, respirando con naturalidad. El antídoto estaba haciendo efecto.