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"La tal vez no cita"
— Pues... Mamá ya está mejor, creo que le hacía más falta verme... — Dijo Victoria, yo sonreí levemente.
Después de que duré casi una hora intentando tranquilizarla comenzamos a hablar de cosas triviales y ahora hablábamos de su padres...
— Me dijeron que si cuando los puedes visitar, te extrañan... — Un nudo se formó en mi garganta. Los padres de Victoria se habían convertido en los míos desde que los conocí...
— Espero pronto ir. Dile a mamá que extraño sus deliciosas comidas. — Ella soltó una pequeña risa.
Mientras seguíamos hablando yo sacaba algunos trajes de baño de mi closet, por la no cita que tendríamos yo y Samy en la piscina.
— ¿Te estás quedando con alguien? — Preguntó ella. Yo solté un "Ujum".
— Juan no puede quedarse conmigo porque él y Ari tienen un viaje importante, Ama y Filis tienen que hacer streams. Se está quedando conmigo Samy que se tomó unas pequeñas vacaciones de los streams. — Se quedó callada un momento pero después habló.
— Bien, eso me mantiene más tranquila...
— Vic, tranquila, ¿Okey?, estoy bien... — Jugué levemente con mi hoodie. Claramente mentía.
— Espero y me estés diciendo la verdad. — Dijo un poco seria.
— Te digo la verdad. — No, claro que no. Las horas pasaron, dieron las 8:30 de la noche y decidimos finalizar nuestra llamada...
— Iré con papá por unos medicamentos, te mando mensaje ahorita.
— Sí, está bien...
— Bien, adiós... — Se quedó callada un momento. — Te amo... — Susurró pero alcancé a escuchar. Sonreí levemente.
— Yo igual, Vicky... — Sonreí levemente y colgué la llamada dando un suspiro largo.
El timbre sonó y escuché como Samy gritaba un "Yo voy". Me coloqué el traje de baño, mis manos estaban temblando levemente; culpaba a mi extraño nerviosismo... Ya eran las 9:10, tomé mi celular y antes de salir de mi habitación solté un suspiro tranquilizándome...
— Tranquila, _____. Es sólo Samy... — Me animé a mí misma.
Bajé las escaleras y todas las luces de la mansión estaban apagadas, excepto las luces de las escaleras. Bajé rápidamente y salí al patio trasero caminando a la piscina, encontrándome con Samy sentada en uno de los camastros en traje de baño. En medio de los dos camastros, en una pequeña mesa, había una pizza, dos copas y un vino, alrededor una que otra vela y las luces moradas de la piscina encendidas... Era hermoso...
— Hola... — Susurré levemente y ella sonrió.
— Hola, ven, siéntate. — Me señaló el camastro enfrente de ella. Tomé asiento y dejé mi celular por un lado de mí. — Quería... Desde hace mucho hacer esto, que tuviéramos un momento para nosotras dos, comer pizza, e hice lo posible para conseguir tu vino favorito. — Voltee a ver la botella verdosa, al verlo con atención, confirmé que era mi vino favorito.
— ¿Cómo lo conseguiste?, lo he buscado desde hace mucho y no lo encontraba... — Dije con una leve emoción.
— Tengo mis truquitos, pero la verdad sí es difícil encontrarlo. — Contestó para después soltar una pequeña risa.
Mientras comíamos la pizza y bebíamos el vino, hablábamos de nuestra amistad, lo que sucedía entre yo y Victoria, porque decidió con valentía preguntarlo...
— Victoria es tan especial para mí, me hizo ser mejor y sólo podría agradecerle. Llegó a mi vida cuando más la necesité, después de terminar creo en el fondo que eso hizo que nos uniéramos más, es sólo mi amiga; mi mejor amiga, mi alma gemela y la persona que siempre estará para mí... Ahora en este preciso momento de mi vida creo que no la puedo ver como algo más que mi mejor amiga. — Sonreí levemente alzando mis hombros, miré su sonrisa ladeada.
— Entiendo... — Contestó. — Ven, vamos a entrar. — Dijo señalando la piscina y tomando mi mano para llevarme hasta el borde.
— Samantha, eso debe estar súper frío. — Soltó una pequeña risa.
— Hay que arriesgarnos, si nos enfermamos, nos cuidaremos mutuamente. — Me tomó rápidamente de la cintura y nos tiró juntas, al salir pasé mis manos por mi rostro para poder ver. Ella reía al ver mi expresión.
— Te odio. — Dije.
— Ya, ya, lo siento. — Se recargó en el borde mirándome con una sonrisa.
[...]
— Star, yo... — Dijo tragando grueso aún con sus manos en mi cintura, me abrazaba y estábamos lo suficientemente cerca...
— ¿Qué sucede? — Pregunté.
— Te quiero agradecer por todo lo hermoso que me has brindado, me hiciste conocer y experimentar cosas que ni yo misma sabía que sentiría, y... — Soltó un pequeño suspiro. — Te amo... — Sentí mi corazón acelerarse. — Te amo como no he amado a nadie más, te amo como jamás amaré, te amo por ser tú, por ser quien eres y porque sé que tú también me amas a mí... — Su voz sonaba un poco frágil. Acarició con gentileza mi cintura, a pesar de que estuviéramos dentro del agua sentía el leve roce. — Me demostraste un amor real de tu corazón sincero, me demostraste que tu corazón es tan valioso y frágil, que si lo lastimo, me declaro una completa estúpida... — El silencio abundó entre nosotras, pero no era un silencio incómodo, era un silencio perfecto para la situación.
— No sabes cuánto tiempo esperé este momento... Aquel día que te confesé que te amaba te lo dije con toda la sinceridad posible, hoy te recalco que te amo, Samantha... — Me sonrió, subí mis manos a su cuello y nuestros cuerpos se unieron un poco más...
— Quisiera que lo intentemos, que dejemos atrás esos conflictos inútiles que sólo causé que te lastimaran... Quiero amarte, enamorarme, despertarme todos los días contigo... — Acarició mi mejilla levemente con su mano.
Nos acercamos poco a poco hasta que me besó... Nuestros labios danzaron de una manera mágica que hacían que en mi estómago se sintieran el montón de mariposas. Aferré mis manos a su nuca profundizando el beso, al separarnos regulé mi respiración abrazándola.
— Vamonos de aquí. — Dijo.
Tomó mi mano y con cuidado salimos de la piscina para correr hacia adentro de la mansión, subimos las escaleras con rapidez en la oscuridad, y al llegar a mi habitación ella me abrazó por la cintura...
Unió nuestros labios nuevamente en un beso suave pero necesitado, yo acariciaba sus antebrazos con tranquilidad, sentí como sus manos subían a los lazos del top de mi traje de baño, deshizo los pequeños nudos y cayeron... Pasó sus manos a los costados y lo bajó poco a poco... La luz de la luna iluminaba la habitación de una manera tenue, haciendo el ambiente más relajante y lleno de amor...