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Capítulo veinticinco
Mientras el mundo se derrumba
—♥︎—
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JORDANNA AVANZÓ por la escuela secundaria Mystic Falls, con tres tazas de café en las manos cuando fue convocada por sus dos mejores amigas rubias. La chica de cabello negro le envió una sonrisa a la rubia Mikaelson mientras se acercaba a ella.
"Una taza de café para una vampira original", cantó Jordanna, pasándole a Rebekah el vaso de papel.
Rebekah suspiró encantada, "eres una salvavidas. Matt se fue y Caroline llega tarde; gracias por venir, parece que por ahora solo somos nosotras".
"De nada, señorita Mikaelson", sonrió Jordanna mientras envolvía juguetonamente una boa morada alrededor del cuello de la rubia.
La rubia se rió entre dientes, una dulce sonrisa se posó en su rostro mientras le lanzaba la boa a la bruja, "póngase a trabajar, señorita Jones".
"Mandona, mandona, mandona", cantó Jordanna en broma. Ella se alejó y comenzó a apilar sillas, con su magia, claro. Ella no era incapaz, sólo vaga. Mientras la bruja se ocupaba de esa tarea, Caroline cruzó las puertas del gimnasio.
La rubia le sonrió a su mejor amiga mientras se dirigía hacia ella, "¿Dónde está Matt?"
"Salió rescatado", tarareó Jordanna mientras se concentraba en la limpieza.
"Le llamaron al trabajo en el último minuto", explicó Rebekah, lo que provocó que la cabeza de Caroline se volviera en su dirección.
"¿Estás bromeando? Entonces, ¿solo somos nosotras?" Caroline se burló levemente, mirando a la otra rubia.
"¿Uh no?" Jordanna levantó la mano con sarcasmo. "Yo también estoy aquí".
"Llegas tarde", le dijo Rebekah a la rubia con severidad. "El comité de limpieza comenzó a las ocho en punto".
