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Capítulo ocho
Mamá sustituta
—♥︎—
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"BIENVENIDO DE REGRESO A Chicago, Stefan", dijo Klaus mientras abría la puerta de la camioneta, los dos sobrenaturales lo seguían.
Stefan miró a su alrededor confundido, "¿Qué estamos haciendo aquí?"
"Sé lo mucho que te gusta estar aquí. ¿Te trae recuerdos de los buenos tiempos del Destripador?" El original cuestionó mientras Jordanna miraba la ciudad tan familiar.
"Oculté la mayoría de ellos", murmuró Stefan mientras él también miraba la hermosa ciudad frente a él. "Mucha sangre, mucha fiesta. Los detalles son borrosos", admitió vergonzosamente.
El original sonrió. "Bueno, eso es una lástima, los detalles son los que lo convierten en una leyenda", se burló del vampiro más joven que lo miró confundido.
"Se decía que el destripador de Monterrey se sintió solo y escapó a la ciudad en busca de consuelo", explicó Klaus con una mirada divertida en su rostro, mirando al vampiro Salvatore. "Era la prohibición. Entonces todo estaba prohibido, lo que hacía que todo fuera muy divertido". Jordanna se quedó mirando la ciudad aturdida, pensando en la bruja residente que había visitado aquí hace unos meses.
"Chicago fue mágica", exhaló Klaus mientras se acercaba a la joven bruja, tan cerca que podía sentir el calor irradiando de su cuerpo, tal como ella podía sentir el suyo.
"Sí, bueno, tomaré tu palabra. Como dije, no recuerdo la mayor parte", le dijo Stefan al original sin comprender, entrelazando su brazo con el de Jordanna.
Klaus miró a los dos mientras caminaban por la calle, observando cómo Jordanna le susurraba algo a Stefan, ganándose la risa del vampiro, Klaus frunció el ceño reprimiendo una sensación extraña que había tenido al ver lo cerca que estaban los dos.
