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Capítulo treinta y ocho
Chop Chop
—♥︎—
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JORDANNA NUNCA SE DIO CUENTA de lo mala que era su memoria.
Olvidarse de guardar los platos, olvidarse de apagar la plancha para el pelo antes de salir de casa, olvidarse de que estaba embarazada.
Para ser justos, no fue su culpa.
¿Lo sabía desde hacía cuánto tiempo? ¿Dos días?
Lo único que hizo durante los últimos días fue dormir, comer y planear venganza, no tuvo el tiempo ni la energía para recordar que, lamentablemente, había otro ser humano dentro de ella.
Estaba demasiado ocupada conspirando contra aquellos que simplemente la enojaban.
Además, tenía un día muy ocupado por delante.
Ir de compras, hacerse las uñas, tal vez el pelo... Quiero decir, ¿a quién no le gusta un buen corte de pelo antes de salir a matar a su vecina y a alguna bruja al azar?
Suena como un día divertido.
Siendo la chica más inteligente de Mystic Falls, le tomó ¿qué? Cero coma dos segundos encontrar a la perra bruja.
Sally, maldita Stevens.
Quiero decir, ¿en serio?
Maldita Sally Stevens, ¿quién carajo era esa?
Uno podría preguntarse.
Bueno, según Internet, ella tenía unos treinta y tantos años, era de Nueva York y tenía un gato negro llamado Hex.
Una bruja que tenía un gato negro, nada estereotipado.
De todos modos, de lo que Jordanna obtuvo de Stefan, en una llamada telefónica muy estresante anoche, fue que Damon había conocido a la bruja en los años noventa, él le hizo un favor en aquel entonces y ahora, a cambio, ella le hacía un favor a él.
