En lo más profundo de la selva misionera, donde la bruma se mezcla con el estruendo de las aguas, se cuenta una leyenda que pone la piel de gallina a quienes la escuchan. Dicen los lugareños que en las noches de luna llena, las Cataratas del Iguazú cobran vida con una historia de amor y castigo que desafía al tiempo.
Hace muchísimo, en una tribu guaraní cercana, vivían Naipí y Tarobá, dos jóvenes que estaban destinados a casarse según las costumbres de su gente. Pero el destino, caprichoso como el río que los rodeaba, tenía otros planes para ellos. Naipí, con sus ojos negros como la noche, se enamoró perdidamente de Tarobá, un guerrero valiente y apuesto como el sol del amanecer.
Su amor prohibido, lleno de pasión y secretos, llegó a oídos del dios Serpiente M'Boy, guardián del río Iguazú y protector de las aguas que daban vida a la tierra. Enfurecido por la desobediencia de Naipí y Tarobá a las leyes sagradas, M'Boy decidió separarlos para siempre como castigo por desafiar su voluntad divina.
Una noche, cuando la luna brillaba en lo alto y las estrellas se reflejaban en las aguas del río, M'Boy transformó a Naipí en una inmensa roca que se erguía majestuosamente en medio de las aguas tumultuosas de las cataratas. La fuerza del río Iguazú la envolvió, condenándola a permanecer allí por toda la eternidad, separada de Tarobá.
Tarobá, desesperado y lleno de pena, fue transformado en un árbol robusto y frondoso que creció cerca de la catarata, siempre mirando hacia Naipí con ojos llenos de amor y tristeza. Su susurro se mezclaba con el estruendo de las aguas, creando una sinfonía de lamento y añoranza que resonaba en toda la selva.
Desde entonces, las Cataratas del Iguazú siguen rugiendo con la historia de Naipí y Tarobá, una historia de amor y castigo que ha perdurado a lo largo de los siglos. Los lugareños aseguran que en las noches de luna llena, se pueden escuchar los susurros de los amantes separados, recordando el precio de desafiar los designios divinos.
Así, la leyenda de las Cataratas del Iguazú no solo añade un misticismo profundo a estas maravillas naturales, sino que también teje un vínculo eterno entre la historia ancestral guaraní y la majestuosidad de la naturaleza que las rodea.
Leyenda de las cataratas del Iguazú....
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
