Milena
Al final la noche acabó bien y no voy a negar que hubo unos cuantos besos de por medio.
Al despertar me acordé de que le prometí a Leandro contarle lo que me dijo Celio.
Así que hice una llamada con él.
—Buenos días. —Le dije con voz ronca.
—Hola, hola. Bueno... cuando quieras.
—Te lo voy a resumir. Me dijo que estaba pasando por un mal momento e hizo daño a mucha gente incluida yo. Ahora se arrepiente mucho y quiere que volvamos a ser novios o lo que sea que éramos.
—¿Qué le has dicho tú?
—Que no. No voy a volver a pasar por todas las cosas que me hizo aguantar. Tuve que soportar que no nos viéramos, que se fuera y luego volviera como si nada, que su excusa para todo era que estaba mal, que me alejara y luego me volviera a pedir volver con él... No otra vez.
—Es de las pocas veces que estoy de acuerdo contigo. Si te llama o te dice algo le enseñaré mis habilidades que aprendí en Cobra Kai.
Solté una carcajada y ambos empezamos a reírnos.
—Y otra cosa...
—Niccolò, ¿no? —Adivino.
—¿Sois novios?
—No.
—¿Os habéis estáis besando?
—Sí.
—Vale, no entiendo nada.
—Mejor. Me voy, luego hablamos.
—Te vas con Niccolò ¿no?
Sonreí al móvil aunque no me viera y corté la llamada.
***
—¿Todos los días haces ejercicio? —Le pregunté al bajar.—Absolutamente todos. —Me estiró del brazo y plantó un beso en la comisura de mis labios.
Todavía no me acostumbro a estas repentinas muestras de cariño.
Ya somos dos.
—Te tengo que contar una cosa. Pero no sé si debería decírtelo porque aumentaría tu ego.
—¡Dímelo! —Insisto.
Se sienta en el sofá y yo lo sigo y me siento a su lado.
—Dos noches antes de que nos viéramos por primera vez soñé contigo.
—¿Cómo? —¿Qué... soñó... conmigo...?
—Me explico. Soñé que estaba en la playa, sentado en la orilla con los pies en el mar notando como los rayos del sol me daban en la cara y una chica se sentaba a mi lado. Empezamos a hablar, aunque no recuerdo muy bien de que, solo me acuerdo de que yo me reía muchísimo.
Era realmente feliz. Cuando te vi por primera vez traté de odiarte porque... me asusta por así decirlo la idea de que alguien me vea realmente feliz.—¿Por qué te asusta la idea de que alguien te vea feliz?
—Es difícil. Algún día te lo contaré.
—¿Por qué yo?
—No entiendo.
—¿Por qué a mí si me lo cuentas?
—Porque tú eres tú.
Rompo cualquier distancia que hay entre nosotros y le doy un abrazo de oso. No esperaba que fuera a contarme algo así.
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La mia Principessa
RomanceLa vida de Milena Fiore corre peligro. Ella se tiene que ir a vivir sola con el hijo del amigo de su padre, Niccolò Valetti, que además es mafioso. Ellos se odian pero... ¿Qué pasará el tiempo que estén juntos? ¿Se seguirán odiando? ¿Se volverán ami...