Capitulo 17

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Milena

Desperté con una mano alrededor de mi cintura y con Nicco sonriendo.

—Feliz cumpleaños, princesa —Me da un fuerte beso.

—¿Sabes cuándo es mi cumpleaños? —No pude evitar sorprenderme porque yo nunca se lo he dicho y tampoco le he escuchado preguntarle a alguien.

Enarca una ceja. —La pregunta ofende.

Nuestras risas son interrumpidas por otras cuando entran mi padre, Leonardo, Tomasso y Greta.

—¡Feliz cumpleaños! —Gritan todos.

—Gracias.

Agradezco y después les doy un abrazo a cada uno.

—Ya estamos organizando tu fiesta —susurra Greta cuando la abrazo —te va a encantar.

Greta se va con Leonardo y mi padre a planificar cosas de mi fiesta que ni yo sé.

—¿Cumples cinco años? —Bromea Tom.

—Lo has adivinado.

—Tienes que cambiarte para salir con Greta.

—¿Para qué? —Pregunta Nicco a mí lado.

—Te va a acompañar a comprarte un vestido.

Decido hacerle caso a Tom y saco a los dos de mi habitación. Voy a la ducha y dejo que los chorros de agua calientes caigan sobre mí.
Al terminar envuelvo una toalla alrededor mía y busco la ropa que usaré hoy.
Me decido por una falda blanca corta con una blusa de encaje rosa.

—Tardas mucho cumpleañera —Me dice Greta apoyada en la puerta.

—Vámonos.

Después de tres tiendas por fin encuentro el vestido ideal. Es un vestido corto plateado.

—¿No es muy corto? —Le pregunto a Greta y esta niega sonriendo.

—No tienes ni idea de la pedazo de fiesta que te hemos preparado.

Me da miedo solo de pensarlo, yo le pedí a mi padre algo pequeño y que solo estuvieran amigos.

—¿Has invitado a Lean? Llevo mucho tiempo sin verle —Y es verdad después del secuestro solo hablé con él ayer que me felicitó por mi cumpleaños.

Llegué a casa satisfecha con mis compras y Niccolò me espera tumbado en el sofá.

—¿Quién diría que después de todo podríamos estar juntos? —Le digo.

—Lo bueno es que lo hemos conseguido. Tengo ya tu regalo.

—No quiero nada.

—No es nada del otro mundo, solo un detalle así que lo vas aceptar te guste o no —me da un beso. —Venga, te voy a ayudar a arreglarte.

Después de unos besos y toqueteos fui a vestirme o iba a llegar tarde a mi propia fiesta.

Me vestí y arreglé mi pelo en el menor tiempo posible y me hice un maquillaje sencillo. En la entrada me esperaba Tom que llevaba unos vaqueros negros, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color que el pantalón.
Cuando bajo me mira de arriba abajo sonriendo.

—Estas divina. Te queda genial el vestido, voy a comprarme uno igual para que vayamos a conjunto.

—Gracias —le dedico mi mejor sonrisa —, tú también estás muy bien.

—Eso ya lo sé, ahora vamos, tu estúpido novio no para de llamarme para que te lleve ya a la fiesta.

—Es un poquitín intenso, como tú, se nota que sois hermanos —Me pone mala cara y luego me lleva al coche.

La mia PrincipessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora