Una semanas después
Milena
—¿Cómo está? —Me pregunta Greta acercandose.
—Sigue igual. Está todavía en coma.
Sigo teniendo en mi cuello el colgante con una esmeralda verde que me regaló.
«Despierta, te echo de menos»
Le digo a Tom que sigue en la cama del hospital. Está pálido y lo único que se oye en la habitación es la máquina en la que se oyen sus latidos.—Me voy ya. ¿Quieres que te lleve? —Me pregunta seria.
—No hace falta, tengo la moto.
Se despide de mí con un beso en la mejilla y yo me quedo observando a Tom un rato. Al final acabo yendo en la moto hacia el campo.
Estamos viviendo mi padre, Leonardo, Nicco y yo en una casa no muy grande en mitad del campo.Incomunicados del mundo.
Nada más poner un pie dentro de la casa se podía notar el ambiente muy tenso, así ha estado esta semana. Leonardo actúa normal, como si no pasara nada. Nicco no habla con nadie y cuando no está durmiendo está bebiendo, cosa que he intentado que deje de hacerlo pero es demasiado terco. Y mi padre intenta hacer bromas o actividades para suavizar el ambiente.
—Hola —Saludo al entrar y solo recibo respuesta de mi padre y Leonardo.
—¿Hay algo nuevo de...?
—No —Le interrumpo. —¿Donde está Nicco?
—Creo que ha salido.
Termino encerrándome en mi cuarto y pongo una canción para bailar. Greta siempre ha dicho que se me da muy bien el baile. Yo siempre bailo para relajarme o cuando quiero olvidarme de todo justo como ahora.
Muevo la cadera, las piernas y los brazos al ritmo de la música.
—Princesa, que sexi te ves bailando —Dice Nicco a mis espaldas.
—¿Has vuelto a beber?
—¿Serviría de algo si lo niego?
Así ha estado todo este tiempo. Estoy tratando de tener paciencia y estar encima de él pero me lo pone muy difícil. No quiero dejarlo solo ahora porque si para mí es difícil lo de Tom no quiero imaginarme como se siente Nicco.
—Sabes que estoy aquí y siempre voy a estarlo. Si necesitas desahogarte no lo hagas bebiendo, puedes hacerlo conmigo.
Asiente y se tambalea yo me apresuro a agarrarlo para que no se caiga.
—Apestas a alcohol. Vamos a la ducha.
—Solo si tú te duchas conmigo.
—Yo no soy la que ha bebido todo lo que se le ha cruzado así que vamos.
Lo dirijo a la ducha y le voy quitando la ropa mientras sonríe como un niño pequeño.
—Eres muy guapa, ¿lo sabías, no? — Sonrío alegre a pesar de estar enfadada con él.
Lo termino de meter en la ducha y se estremece al sentir el agua fría que le cae. Algunos mechones de pelo se le pegan en la frente y me acaba arrastrando y me mojo de pies a cabeza.
—¡Nicco!
—Te quiero —Se acerca aún más y agarra mi nuca besándome muy intensamente.
Después de un largo tiempo en la ducha haciendo de todo menos ducharnos salimos.
Él se sienta en el borde de mi cama esperando pacientemente a que lo vista.
—¿Cómo me soportas? —Me suelta de repente.
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La mia Principessa
RomansaLa vida de Milena Fiore corre peligro. Ella se tiene que ir a vivir sola con el hijo del amigo de su padre, Niccolò Valetti, que además es mafioso. Ellos se odian pero... ¿Qué pasará el tiempo que estén juntos? ¿Se seguirán odiando? ¿Se volverán ami...