Extra ~Tomasso

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Tomasso

No, no pienso hacerlo. Si tanto os gusta, hacedlo vosotros.

Esta es la situación: estábamos Milena, Niccolò y yo en una colina para tirarnos en un parapente. Yo me negué y Niccolò me obligó a venir, literalmente me obligó porque me engañó. Me dijo que íbamos a ir a por un helado —tengo debilidad por los helados, no es que sea imbécil— y me ha traído a la punta de una colina.

¡En contra de mi voluntad me ha traído!

—¿Pues dejar de quejarte? —cuestionó mi querido hermano.

Lo miré de reojo con mala cara.

—¡Jamás me voy a olvidar de esto!

—Mira que eres quejica.

Milena estaba súper feliz pegando saltitos mientras que el encargado le ponía el parapente.

Mientras que ellos estaban concentrados escuchando las instrucciones del encargado yo intenté huir pero Niccolò se dió cuenta y me trajo de nuevo tirándome de la oreja.

—Como tú nunca te has tirado y te da miedo...

—No me da miedo —interrumpí a Niccolò.

—¿Entonces por qué estás renegado?

—Porque si.

—Bueno, como decía, como tú nunca te has tirado en parapente me voy a tirar contigo.

—¡¿Qué?! ¡No! Contigo no.

Niccolò me miró indignado.

—Pero, ¿por qué?

—Y encima preguntas... ¡Me has secuestrado!

—Habló el que secuestró a mi mujer.

—Eso es agua pasada.

Milena se acercó con su habitual cara de querer matarnos.

—Esto se soluciona muy fácilmente, te tiras conmigo y problema resuelto.

Resoplé molesto y acabé accediendo.

Más tarde estaba junto a Milena a punto de tirarnos.

Quién me viera no se lo creería. Cuanto han cambiado las cosas.

Empezamos a correr un poco y con ayuda del aire saltamos de la colina y empezamos a volar. Al principio se sentía raro e incómodo pero en seguida me adapté y fue todo paz y tranquilidad. Se sentía libertad y total comodidad. Era como una pluma cayendo lentamente y toda la brisa me daba de lleno en la cara.

Por un momento me pude olvidar de todo lo que me mantenía agobiado y estresado.

El boxeo me quitaba el estrés pero esto es diferente...

Pensé en Greta, pero no como la chica que me destruyó, no como como la persona egoísta que le daba igual. La empezaba a entender y justo ahí, justo cuando me estaba acercando a tierra firme me di cuenta de que no todas las historias de amor acaban con un final feliz. Quizá mi historia todavía no estaba escrita, o quizá lo nuestro funcione años más tarde.
Yo también escogería a Niccolò sobre cualquier chica pero jamás la dejaría así, jamás le diría eso.

Pero ahora solo puedo pensar en como voy a aterrizar o me voy a acabar partiendo una pierna.

Aterrizamos y nos quitamos el parapente. Luego nos miramos todos a la cara y soltamos una gran sonrisa. Es de decir que me lo esperaba mucho peor, lo cierto es que estaba aterrado pero tampoco ha sido para tanto. Si lo tuviera que repetir, lo haría sin problema. Me ha gustado mucho.

La mia PrincipessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora