Azul Y Blanco [De La Película Río]. ||RIO 2|| 🤍💙

CAPÍTULO 3: LA PRINCESA Y EL EXTRANJERO.

En una parte del árbol Izel estaba preparando una sopa, con trozos de papa y demás vegetales, ella no era tonta sabía mucho sobre la raza de blu, por lo que sabe que sus alimentaciones no son iguales.

Viendo que blu no dejaba de moverse en el nido que ella lo avía dejado.

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Negro, todo era negro, que es este lugar, acaso estoy muerto. no solo Estoy dormido.

En la mente de blu imagenes pintadas de rojo se mostraban. Blu caminaba entre un bosque viendo un paisaje aterrador.

Blu siguió caminando hasta llegar a lo alto de una colina viendo todo el bosque.

Comenzando a temblar y jadear por lo que se muestra ante sus ojos.
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Blu se sento de forma violenta abrió grande los ojos, dejo salir un gemido de dolor por esto, su cuerpo estaba sudado y agitado.

ladeó la cabeza buscando a la lechuza que lo avía ayudado, dándose cuenta que estaba recostado sobre un nido echo de ramas, que se asemejaba a una cama, estaba cubierto con una manta asta su pecho.

Retiro la manta notando unas vendas en su costado, sorprendido al ver que estaba limpio, confundido y mareado trato de levantar, pero una puntada en su costado lo detuvo, dejando salir un gemido de dolor, se puso de pie recorriendo todo el árbol viendo que estaba lleno de estante de madera, sobre los que avian distintas cosas humanas.

Desde monedas, bolígrafos eh inclusive lo que parecía ser café en frasco, reconociendo lo ya que linda solía beberlo, con dificultad blu camino a la entrada del árbol.

Mientras el se movia por el lugar, desde las sombras aquella lechuza lo vigilaba, atenta a cada movimiento que este hacia.

Blu apoyó su ala contra la pared intentando recuperando el alimento, completamente cansado.

Cansado y aun sin fuerzas la idea de irse cruzo por su mente, al asomar la cabeza, pudo ver un bosque extenso donde solo predominaba el color blanco.

—No llegarás lejos.

El volteo rápido asustado, buscando a la dueña de esas palabras, encontrándose con dos ojos que brillaban en un tono amarillo, parados en la oscuridad.

—Si quieres irte, eres libre de hacerlo, no te seguiré. Pero no llegaras muy lejos.

—Tu que sabés. —Dijo con temor.

—Como te dije, eres libre de irte.

—Que te hace creer que no lo soportaré?.

—Eres un guacamayo azul, no estas acostumbrado al frio del sur.