La fría luz de la luna se filtraba entre las rejillas de la cortinas, arrojando sombras inquietantes en mi habitación. Un escalofrío me recorrió la espalda al sentir una presencia desconocida acechando desde una esquina de mi habitación. Un parte de ojos rojos como llamas me observaban desde las sombras, desafiandome con su mirada.
-¿Quién está ahí?- susurré, tratando de contener el temblor de mi voz.
Una risa suave y misteriosa resonó en la habitación antes de que una voz seductora rompiera el silencio.
-No vine a buscar problemas, solo quiero saber tu nombre.-dijo con tono divertido y una pizca de coqueteo.
Mis instintos se encendieron al reconocer la voz de un vampiro, nuestro eterno enemigo. Apreté los puños con furia, sintiendo cómo la ira se acumulaba en mi pecho.
-¿Y tú para qué quieres saber mi nombre? Te recuerdo que destruiste mi pueblo, y mataste a personas inocentes.- dije con cierta furia.
El vampiro emergió de las sombras con una gracia que me hizo gruñir de frustración. Tiene cierta figura intimidante y seductora. Es alto, mucho más que yo, piel pálida que parece resplandecer bajo la luna, mientras que sus labios rojos y carnosos, invitan a la tentación. Y sus ojos rojos, que emanan una mirada penetrante y cautivadora. Su cabello cae en suaves mechones alrededor de su rostro, que agregan un toque misterioso a su apariencia.
Estaba vestido con una camisa negra, y tenía algunos botones desabrochados, dejando ver su pecho y con cierto aire relajado. Unos pantalones finos del mismo color y unos zapatos, también negros que reflejaba la luz de la luna.
Me miraba con cierta sonrisa burlona en su rostro y dijo.-Solo estoy siguiendo las órdenes de mi padre.-dijo con un tono cansado.
-¿Entonces vas matando a personas inocentes, solo porqué tú padre así lo ordenó?¿No sientes ninguna culpa? ¿Se puede saber que les hicimos?- pregunté con una mezcla de desprecio y odio.
-Ustedes han causado demasiado dolor a mi pueblo- me salió con un tono amargo, mientras recordaba lo que habíamos vivido desde siempre.
Se acercó tanto a mi que hasta puede oler su aroma masculino. Mi cuerpo entero se estremeció, haciendo que se me erizará la piel. Mientras mi corazón latía con fuerza. ¿Por qué estaba actuando así? ¿Acaso se me estaba olvidando que es el enemigo? Y todo lo que le ha echo a mi pueblo.
Di dos pasos atrás para alejarme lo más que pude, y dijo.-¿Pero me dirás tu nombre o no?- dijo mirándome con esa sonrisa malisiosa y coqueta. Le fruncí el ceño y arrugué la cara. ¿Enserio está ignorando la parte de que somos enemigos? Y de todo el daño que hace. Confirmado, ahora lo odio más.
-Carlota Grisombra.- dije mientras ponía los ojos en blanco. -¿Y el tuyo es...?- pregunté curiosa.
-Vladimir, Vladimir Cygnus.-dijo mientras daba un paso hacia mí.
A lo cuál me volví a alejar.-¿Por qué te pones nerviosa, pequeña?¿Acaso te parezco irresistible?-decia con tono coqueto mientras volvió a dar un paso hacia mí, a lo cual intenté dar otro hacia atrás chocando con la pared. Me sentí acorralada mientras se pegó más a mi poniendo ambos brazos para retenerme. Mi respiración empezó a agitarse y mi pecho subía y bajaba. Estaba paralizada, nunca me había pasado algo así, ni cuando batallaba con quiénes querían destruir todo. Su cara empezó a acercarse más...y más... Hasta qué...
Tock, tok. Escuché que tocaban la puerta.-Escuche ruido, ¿estás bien?- escuché a papá hablar detrás de la puerta, con cierto tono de preocupación. Cuando me di cuenta de que Vladimir ya no estaba. ¿Qué? ¿Cómo? Ni siquiera me había dado cuenta, cuando mire a la ventana que estaba media abierta, y un poco de brisa movía las cortinas.
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corazón de Doble Filo
Vampireun pasado lleno de secretos un romance prohibido amistades puestos a pruebas Carlota y sus amigos tendrán que enfrentar todo tipo de cosas para poder descubrir que llebo a su puebro ala guerra.