«Diario de Dianailie »

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Estaba en los jardines de mi casa, como siempre hacía cuando necesitaba aclarar mis pensamientos. Me dolió la traición de Mónica, pensé que ya estábamos bien, y Vladimir siempre me estuvo viendo la cara.

Ahora Antonella no quiere saber de mí por culpa del imbécil de Yeimi. Y Sebastián... Sebastián no me va a perdonar nunca y ahora menos si su hermana está molesta conmigo.

Entiendo que no soy lo mejor, pero... tampoco de lo peor como para que me pase todo esto...

Aunque espera, estando aquí recordé algo más importante. La puerta, la que había encontrado aquí, se me había olvidado por completo.

Caminé hacia la esquina más apartada del jardín, donde las hojas y las ramas escondían la pequeña puerta. Me arrodillé y empecé a apartar el follaje hasta que la vi. La puerta diminuta estaba apenas visible, y solo cabía mi cuerpo.

Me agaché y empecé a gatear, sintiendo la tierra y las hojas húmedas bajo mis manos. Al otro lado, encontré una habitación con temática de cueva. Las paredes de piedra eran frías y húmedas, y había estanterías llenas de libros y objetos de investigación. En el suelo, casi escondido entre unos papeles viejos, encontré un diario con la inscripción "Diario de Dianailie". Al leer ese nombre, me di cuenta de que era el diario de mi madre.

Lo recogí y, aunque estaba viejo y algo húmedo, lo abrí con cuidado. Algunas páginas del final estaban mojadas, pero aún podía leer la mayor parte. Me senté en el suelo de piedra y comencé a leer.

Día 1

Empiezo a escribir en este diario, por si no lo logro yo, que lo logres tú.

Sé que me estoy adentrando en cosas peligrosas, así que desde este momento sé que mi vida está en peligro. Todo lo que escribiré aquí es verdad, y estás en todo tu derecho de no creerme. Pero...ten cuidado a quién le cuentas lo que verás a continuación.
No diré cómo o con quién me enteré de estás cosas, para que ninguna vida corra peligro por mi culpa.

Día 5

Toda mi curiosidad despertó cuando tenía diecinueve años. Me preocupaba por qué mi tía y yo vivíamos tan apartadas del pueblo. Tal vez quería protegerme de alguien o algo, o simplemente le gustaba vivir aquí. Aunque, ¿A quién le gustaría vivir en el bosque? Aparte, en esa casa con tematica abandonada. Era obvio que algo ocultaba, y que de alguien nos escondíamos. Ese era mi pensar en ese entonces, por eso me adentré más a la investigación.

Día 25

Había algo más curioso: desde siempre habia venido un hombre a traernos suministros. ¿Por qué? ¿Quién era? ¿Por qué nunca interactuaba con nosotras? Siempre que los llevaba, se marchaba en cuanto podía. Nunca le habia dado importancia, hasta ahora.

Mes 1, día 10

Mi tía se empezaba a preocupar (por cierto, se llama Catherine) porque ya llevábamos varios meses sin nada de suministros. Empezamos a conservarlos, pero ya casi se estaban agotando.

Habían pasado meses y más meses, y mi tía se desespera aún más. Ella se adentra aún más en el bosque para cazar y así llevar algo para sustentarnos.

Nunca me dejaba ir con ella. Intentaba seguirla, pero se percataba de mi presencia. Muchas veces intenté decirle que ya era grande y que podía acompañarla a cazar, y así tendríamos más para comer. Pero se empeñaba en decir que solo me estaba protegiendo.

Mes 1, dia 20

Insistí e insistí para que me contara la verdadera razón de por qué estábamos siendo mantenidas por aquel señor y de por qué vivíamos en ese bosque. Hasta que un día, al fin, decidió contarme aquella gran historia.

corazón de Doble Filo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora