Capítulo 03 - Mi Niñero

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Camy POV

Cuando bajo las escaleras estoy nerviosa, no llevo mi uniforme mi licencia sigue en pie y no planeo cancelarla hasta que agote todas las posibilidades de ir a Texas; el olor a panqueques se cuela por mis fosas nasales de inmediato y me hace pensar en lo serio del asunto; mi padre solo hace el desayuno cada vez que tiene que contarnos algo difícil o que no sabe cómo tratar con sus chicos; como si pensara que si comemos algo dulce será más sencillo escuchar palabras amargas; mi padre preparo panqueques para anunciar su divorcio con mi madre y también cuando tuvo que irse de encubierto por seis meses, y nos quedamos a cargo de la tía Teresa; según Carlos hiso lo mismo para anunciar la separación de su madre y Javier supone que también lo hiso cuando la suya murió; también disfrutamos de sus panqueques cuando tuvo ese famoso caso que lo hiso ganar su última medalla al mérito pero que lo dejo en el hospital por casí 8 semanas; así que este paso dulce es la preparación para un momento amargo; así que bajo dispuesta a escuchar uno de esos enormes sermones junto a un plato con panqueques y tocino; mi hermano Carlos se pone de pie en cuanto entro a la cocina, todos nuestros muebles están en sus lugares como si el día anterior no hubiese ocurrido ningún evento; supongo que mi padre y hermanos se encargaron de asegurar que no quedaran rastros del día anterior antes de que yo bajara, pero las enormes cortinas color oro aún están colgando en la sala y en el enorme portón que da al jardín; aunque están recogidas dejando ver nuestro desayunador ese que usamos en primavera o en las famosas parrilladas de papa, puedo distinguir a Javier y su esposa están desayunando en la mesa trasera; así que asumo que mi padre espera una conversación privada; me siento en la barra frente a él y doy un sorbo al zumo de naranja que está al lado de mi plato. Mi hermano Carlos abandona la cocina aun con su plato entre las manos y lo veo sentarse junto Javier y Ileana en la mesa del jardín.

Mi padre se vuelve y me sonríe mientras coloca panqueques en mi plato y después sirve otros para él y se sienta con esa cara de seriedad que pone cuando no sabe cómo empezar a hablar; —gracias por el desayuno— le digo sonriente; él asiente y comienza la conversación

—te siente bien— me pregunta y distingo un deje de preocupación que casi nunca se escucha en su voz

—estoy perfecta papá no te preocupes; le digo sonriente y continúo comiendo

—necesito saber si el incidente de anoche había sucedido antes

—a qué te refieres; respondo con duda

—sí, necesito saber si él te había lastimado antes, te obligo a hacer alguna cosa que no quisieras, entiendo que para algunos jóvenes el sexo;

Y cuando dice esas palabras casi escupo mi jugo por la boca y lo interrumpo de inmediato mientras me atraganto —para, papá, detente por favor

—soy viejo lo sé, pero puedo entender que tú no eres una niña y que...

—papá, de verdad tuve la plática de sexo con mi madre a las 12 y Carlos y Javier me explicaron todo lo demás cuando cumplí 15 y créeme me asustaron lo suficiente como para que no quiera escucharlo de ti ahora

— esto no es una plática de sexo; solo necesito saber si el, alguna vez te obligo a hacer algo que no quisieras

—no, claro que no, nunca me obligo a nada de hecho jamás se había portado tan patán hasta anoche; así que si tu pregunta es si alguna vez me pego o abuso de mi o lo intento; la respuesta es No; le digo con seriedad mientras sujetaba su mano con fuerza entre las mías

—Camy, si él te hubiera lastimado y yo no supiera me sentiría terrible tu eres mi pequeña y no quiero que nada te lastime

—papá soy un adulto responsable y además un policía puedo cuidarme agradezco su preocupación, pero de verdad necesito que me dejen crecer ni siquiera pude ir a una universidad fuera, he estado con ustedes toda la vida y justo ahora siento que necesito espacio para crecer

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