Capítulo 10 - Armando y Mariana

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Alan POV

Me estacione afuera del DEFI Extreme una especie de gimnasio enorme al lado del pequeño estudio de Pole en que estaba Camy, tal vez debería venir y practicar algo de deporte mientras la esperaba eso podría ser parte de la coartada y así permanecería cerca de ella ante cualquier eventualidad; aún faltaban 20 minutos para la hora de salida que Camy me había indicado pero la verdad es que no podía seguir sentado esperando en casa hasta que ella volviera; esta mañana había salido a primera hora sin darme oportunidad de verla despertar; y es que la verdad después de todo lo sucedido el día anterior no me sentía la suficientemente capaz de resistir a ella y todos sus encantos; esta operación se estaba complicando mucho más de lo que había esperado y eso que aun ni siquiera comenzábamos lo que realmente debía ser preocupante.

El tiempo transcurrió rápido mientras deslizaba videos en mi teléfono celular, mientras me aseguraba de mantener el área despejada, todo estaba tranquilo hasta que la llegada de una Land Rover color blanco me saco de mis pensamientos, dos hombres enormes bajaron de ella y se colocaron cerca de la entrada, seguro esos eran mis chicos, su postura y la forma en que sus sacos se abullonaban sobre el lateral de abdomen me dejaba claro que estaban armados, gafas obscuras y trajes costosos terminaban de definir el atuendo exacto de un guardaespaldas; desvié la vista no debía parecer muy interesado en ellos, así que volví a mi teléfono y revise los mensajes instantáneos, Bingo, un mensaje del servicio de construcción al que había acudido a solicitar trabajo esta mañana me confirmaba que podía iniciar.

Darla la chica del bar me había contado que muchos chicos ex convictos americanos trabajaban en la construcción de algunas casas estilo americano que se estaban poniendo muy de moda entre los extranjeros que se estaban mudando a la ciudad así que me dijo donde podía encontrar empleo; bueno no solo me había dicho eso, gracias a Dios Camy no estaba presente o se hubiera enloquecido de sus propuestas tan directas; tal vez debería pensar en aceptarlas, a lo mejor con revolcón con ella me quitaba la calentura y las ganas que tenia de esta niña; en fin sería mejor no volver a este lugar en un par de días; seguramente Camy se había dado cuenta de las intenciones de ella aunque no escuchara nada; la manera en que había colocado su cuerpo entre nosotros fue una manera muy poco sutil de demostrarle que ella tenía el control, y bueno debo aceptar que soy un idiota cuando la tengo cerca, gracias al cielo me había dado el contacto de los contratistas antes de su llegada; después de que se sentó sobre mis piernas perdí por completo la noción de lo que hablaba; para mi suerte todo estaba funcionando; envié un mensaje confirmando que estaría ahí al día siguiente; necesitaba un empleo para usar como fachada en lo que lográbamos infiltrarnos en la organización; además estaba seguro que un lugar lleno de ex convictos americanos tenía algo que ver con Demetrio.

Quince minutos después mi chica atravesó la puerta con su andar felino, su abrigo estaba colgando en su maleta, llevaba sus zapatillas de deportes y sus perfectas piernas al descubierto, con ese pequeño shorts que estaba seguro apenas podía cubrir su trasero, el pequeño top también dejaba descubierto su vientre y sus perfectos pechos estaban enmarcados por esos listones, baje del auto de inmediato, y me recargue en el capot para esperar su llegada, nuestra rubia salió tras ella y los enormes hombres se acercaron de inmediato para tomar sus cosas, podría jurar que uno de ellos miro el trasero de mi chica mientras tomaba la bolsa de la mujer, así que camine hasta ella para ayudarla también, mi idea era quitarle el bolso y tal vez darle un pequeño beso; pero había una especie de química o magnética cuando estábamos juntos por que en cuanto me acerque, sus brazos se cruzaron sobre mi cintura y no pude resistir a devorar sus labios por completo, mis manos se deslizaron por sus caderas y ella dio un pequeño salto que hiso que mis manos se resbalaran hasta sus glúteos y pude sentir un poco de su piel, casi sin pensarlo los aprete acercándola a mi pene que como siempre que la tenía cerca, se erguía gustoso; una sonrisa escapo de sus labios al sentirlo y su mano derecha palmeo mi trasero.

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