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Ok ahora si empezamos a subir la temperatura prepárense para lo que viene
gracias por sus comentarios, sus lecturas y sus votos
abrazos
Bere García
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Camy POV
Aunque mis exámenes físicos no iban a realizarse hasta varias semanas después en cuanto llegue al día siguiente me pidieron ir al campo de tiro; un lugar tremendamente espacioso con distintos carriles y esos enorme maniquíes negros con signos de tiro pintados sobre placas de papel en los que se puede medir detalladamente la puntería; entre y me puse un poco nerviosa sabía que esto no era un examen pero era la primera vez que ellos me veían disparar así que eso era sumamente importante para mí; sentía los ojos de todos en mis hombros pero no podía ponerme nerviosa no en ese momento, había una larga fila de armas en la mesa al lado mío miras de precisión, mirilla telescópica y hasta algunas de esas modernidades como miras sensibles al calor o a la luz ultravioleta, decidí pasar de largo delante de ellas, si iba a hacer mi primer examen lo aria con mi propia arma, creo que cerré los ojos en el primer tiro, sé que es algo que un oficial jamás debe hacer pero por alguna razón cuando es un tiro de practica eso me ayuda a concentrarme, no es como que vaya a cerrar los ojos en un tiroteo real, pero en la práctica me gusta sentir el primer disparo, después de ese todo fluyo de manera muy simple y es que si lo piensas con detenimiento como va a dificultarse el uso de un arma a una chica que aprendió a usar una 9mm cuando tenía 12 y un M14 a los 15 mientras iba de cacería con papá, Javier y Carlos; así que no era algo así como una chica indefensa y desarmada; al final de mis tiros presione el botón y el papel con la mirilla se acercó directo hasta mí, algunos de los presentes se rieron pues ninguno de mis tiros había dado en el centro, Alvin mi jefe, se volteo a mirarlos y les hablo con una voz que me recordaba un poco a mi padre con un ingles perfecto el cual por supuesto yo dominaba gracias a tantos años de colegios privados.
—Dos en el corazón, uno en cada pulmón, uno en la vena aorta del cuello y tres mes en la cabeza, parece que sabes exactamente en donde disparar
Las risas de todos en la sala se detuvieron y yo solo dibuje una sonrisa en los labios mientras volvía a guardar mi arma y salía de la sala acompañada de Alvin, por alguna razón el me daba confianza era un tipo un poco mayor de 50 con facciones secas y aunque se veía muy poco feliz de que una chiquilla hubiera sido asignada a su equipo me trataba con respeto y se aseguraba que todos me lo ofrecieran del mismo modo; todos en el equipo eran completamente bilingües pero la mayoría tenían el inglés como su idioma natal, el siguiente paso fue conocer al equipo; todos se reunían en una pequeña sala con escritorios personales alrededor, un enorme pizarrón con imanes y algunas fotografías de lo que parecía ser el último caso aun pegadas en el tablero, en cada extremo de la sala dos enorme pantallas flaqueaban el lugar y al fondo una pequeña puerta hacia lo que era la única oficina privada con el nombre de Alvin en una placa colgada sobre la puerta, el equipo estaba conformado solo por hombres o bueno así es como lo hacían sentir.
Primero había un tipo Cubano su nombre era Antonio era alto y con tes morena su ingles era perfecto pero de vez en cuando soltaba algunos insultos en español que solo a mí me hacían reír, más de una ocasión me sonroje ante sus palabras, aparte de Antonio había otro chico alto, de tez blanca y ojos color café su nombre era Ian, y por Dios que el chico era un adonis, tenía un cuerpo bastante varonil además de una sonrisa encantadora, y se sabía seguro de su apariencia, todas las chicas sonreían mientras revoloteaban a su alrededor como moscas sobrevolando la miel, y entonces pensé en cómo era la unidad cuando mi hermano, Alan y el estaban juntos, seguramente más de una chica hubiese estado encantada de formar parte, tal vez por eso Alvin era tan reacio a aceptar más chicas en su unidad después de todo Ileana si había casado y embarazado de un oficial y seguramente eso no alegraba mucho al jefe, Alan también formaba parte del equipo y junto con él había una chica llamada Erin, aunque no se si podía llamarle chica, y no es que fuera de un tipo varonil, vestía falda, tacones y tenía el cabello castaño un poco debajo de los hombros, usaba maquillaje y manicura francesa y casi podría jurar que debajo de su falda usaba un ligero pero no, en ella había un aire distinto, los chicos la tratan como su igual convive entre ellos como uno más del grupo y según entendía ella había iniciado la unidad junto con Alvin y era lo bastante ruda para ser considerada un chico más; todos en la oficina contaban que si esto fuera una pecera Erin sería el enorme tiburón que podía tragarse a todo el estanque de un solo bocado así que debía tener mucho cuidado y buscar la forma de encajar, yo la pequeña Camy buscando un espacio como el pequeño pez payaso nadando con tiburones.
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Infiltrados
RomanceSerie El Legado Volumen 1 Infiltrados El destino de Alan y Camila se cruza de manera inesperada, el está buscando venganza, ella quiere salir de la prisión en que siente que ha vivido toda su vida, ahora deberán trabajar juntos para resolver un caso...