Capítulo 12 - Trafico

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Alan POV

En cuanto crucé la puerta de la entrada dos hombres caminaron tras de mí, me sentí tranquilo de ver que nadie se quedaba a vigilar la puerta de Camy, seguramente no sabían nada sobre nuestra identidad real, los hombres se detuvieron en la puerta y Elizabeth la chica que se identificó como enfermera me acompañó dentro de la casa; era una mansión enorme, un gran vestíbulo con techos altos y pisos de mármol pulido, iluminados por una elegante lámpara de araña.

A la derecha del vestíbulo, una amplia sala de estar con cómodos sofás tapizados en terciopelo y una enorme chimenea de mármol que se alzaba en una esquina de la habitación. Un enorme pasillo decorado con obras de arte preciosas y antigüedades que añadían un toque de sofisticación a la habitación, mientras avanzaba pude distinguir un elegante comedor, con una mesa de caoba tallada a mano y sillas tapizadas en terciopelo rojo. Las paredes estaban cubiertas de papel tapiz de seda de un tono suave y elegante, mientras que las ventanas estaban adornadas con cortinas de seda blanca que permitían que entrara la luz natural. Al final del pasillo una puerta de color blanco con una cerradura biométrica completaba la imagen de la mansión de un mafioso, el dedo de la chica se colocó sobre el sensor y un led en color verde se encendió permitiéndonos el acceso, ella me dejo entrar primero, me encamine era un espacio amplio igual de lujoso, alfombras blancas y mobiliario a juego, un escritorio de caoba, con fotografías de Karla eran el foco central del lugar; una pequeña mesa con algunas botellas de los que creía eran los vinos más caros que habría visto se distinguía en la esquina contraria, me senté en el enorme sofá intentando mostrar ese carácter desenfadado que alguien como yo debía tener.

—¿y?; pregunte desafiante — ¿Quién se supone que me espera? Le dije a la chica, que se encamino para servir un whisky

—yo; respondió un hombre que entró desde el otro lado de la habitación y extendió la mano para recibir el whisky recién servido, me puse de pie y entonces lo vi, por fin de frente a mí después de tantos años

—¿y usted es?; pregunte con duda

— Demetrio Salazar; tu padrino

Como si un balde de agua fría me hubiera caído sobre la cabeza, el hombre atravesó la habitación hasta quedar a mi lado y luego extendió la mano para palmear mi espalda, estaba congelado, era la primera vez que tenía enfrente de mi al asesino de mi madre y el me trataba con naturalidad, fraternidad y hasta podría decir que quería expresar una especie de cariño por mí.

—vas a decir algo; me preguntó de nueva cuenta

—yo, lo siento, pero no lo recuerdo

—lo sé, eras muy pequeño cuando te fuiste

—usted conoció a mi familia

—que, si la conocí, tu padre y yo nos criamos prácticamente como hermanos, tu abuelo fue casi como mi padre y tu madre; bueno ella era mi mejor amiga por decir un poco, no recuerdas nada de lo que pasó

—conozco la versión que me contó mi madre, solo tuvimos que salir huyendo

—todos nosotros pensamos que habías muerto el día que encarcelaron a tu padre

—no, yo, no estaba en la casa

—lo sabemos un tiroteo con la policía, esos tipos hubieran hecho lo que fuera por atraparlo y tu madre pagó las consecuencias

—mi madre, pagó las consecuencias; repetir con ironía

—lo siento nuestra vida es así ella lo aceptó cuando decidió casarse con tu padre

—no creo que nadie nunca acepte vivir una vida en la que te pueden matar cualquier día

—nosotros crecimos de esta manera, se que para ti debe ser duro, pero para nosotros no existía otra clase

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