Capitulo 2

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No pegué ojo en toda la noche. Todavía no puedo asimilar lo que pasó. Mi cabeza duele como nunca en mi vida.

Desobedecí a mi abuela. Entré al bosque. Estuve a punto de ser despedazada por lobos. Y besé a un licántropo que parece saber varias cosas de mí. Y ahora me buscan para matarme.

¿Cómo terminé metida en todo esto? ¿En qué momento mi vida dio este giro? No sé qué hacer, estoy desesperada. Camino de un extremo de mi habitación al otro.

Me asomo por la ventana y obtengo una vista perfecta del bosque que se encuentra a una distancia cercana de mi casa. Los grandes árboles le dan un toque místico al patio.

Nunca pases más allá de los árboles buenos, no cruces los árboles prohibidos.

Mi madre me repetía eso cada vez que yo salía a jugar afuera. Los árboles buenos son aquellos iluminados por el sol, no como los árboles prohibidos del bosque. Desde aquí se puede ver dónde terminan los árboles buenos y empiezan los prohibidos. Separados por los alambres que yo no tuve ningún problema en cruzar, pero debo admitir que junto con las ramas de los árboles son los causantes de mis heridas.

Me subo la capa roja que reposaba sobre mi espalda, me hace sentir segura. Esta capa fue un regalo de mi abuela cuando cumplí 6 años, desde ese momento nunca me he separado de ella y ya tengo 17.

Yo soy lobo

Sus palabras rondan mi cabeza, causando un escalofrío por todo mi cuerpo. Aunque no se veía como un lobo, sí lo era; sus ojos tenían algo distinto. Un misterio, una historia, un secreto.

Te quieren solo para ellos y no lo voy a permitir.

No entiendo nada, nunca en mi vida había visto a ese chico. Y parece conocerme, sabe mi nombre y dónde queda mi casa.

El miedo se hace presente en ese mismo instante. ¿Y si dañan a mamá o a mi hermana? No podré vivir con esa culpa.

Necesito encontrar alguna solución. Lo peor de todo es que no puedo decírselo a nadie o me matarían al instante. Rompí la regla más antigua del pueblo; si hablo, para ellos seré una escoria.

Brushwood es muy estricto con ese tema. Y con razón, una simple ofensa a los seres que se viven allí y todo el pueblo estaría acabado. Los humanos matan a cualquier lobo que se atreva a pasar de la cerca de alambres y los lobos matan a cualquier humano que entre al bosque. Así funciona, ninguno de los humanos que cruzó el bosque antes ha vivido para contarlo. Yo soy la primera. También son muy pocos los casos de lobos que cruzan la cerca, al que los humanos logren matar. Al fin de cuentas son animales, ellos son superiores.

— Kaylee, por favor baja a desayunar — grita mi madre desde la cocina. No tengo nada de hambre, pero si no lo hago, ella sabrá que hay algo mal. Siempre he sido de gran apetito.

Bajo las escaleras lentamente, mi mamá y mi hermana me esperan, ya sentadas. Voy a lavarme y me doy cuenta de que las heridas que me vendé hace un momento están sangrando. Mi madre es muy hábil con la medicina, ella se encarga de cuidar a los heridos del pueblo. Si ve mis heridas, sabrá enseguida que las provocó. Después de cepillarme los dientes, subo corriendo a mi habitación y cambio mi vestido por uno súper incómodo con mangas largas que logran cubrir por completo mis vendajes. Este llega hasta mis rodillas y es de un color azul cielo, con un diseño muy sencillo. No es de mis favoritos.

Cuando termino de arreglarme, bajo nuevamente a desayunar. Mi madre y mi hermana conversan y no se dan cuenta de mi repentino cambio. Empiezo a comer lentamente, sin ningún tipo de deseo, mientras mi madre recalca lo importante que es no cruzar los árboles prohibidos.

El bosque prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora