Lobo
Llevo aproximadamente una hora tirando piedritas al río. El invierno ya se estaba haciendo notar; estaba sentado a la orilla del río esperando que Wild se despertara para ir a jugar. Él suele dormir hasta tarde.
Me estoy arrepintiendo de no haberme abrigado más; mamá me lo dijo, pero yo no quise hacerlo. Me gusta venir aquí a despejarme, hace mucho frío como para bañarme, por lo que solo observo las piedritas perderse dentro de las aguas cristalinas. Había una roca que sobresalía, así que decidí tirarle, pero la piedra cayó detrás de ella.
—Aush.
Escuché un quejido; la roca se había quejado. Eso es imposible; las rocas no sienten dolor.
Agarré otra piedra y la volví a tirar; esta chocó contra ella. Al no escuchar nada, volví a tomar una roca y lanzarla con toda mi fuerza. Estúpidamente cerré mis ojos, por lo que no vi dónde cayó, pero pude escuchar el mismo quejido.
—¿Quién anda ahí? — pregunté con todas mis fuerzas de forma infantil.
Una niña salió de detrás de las rocas. Se estaba bañando con este frío; debe ser una loca. Ella tenía el pelo rubio a media espalda, la piel blanca como la nieve y sus ojos eran lo más increíble.
Son de color violeta.
Nunca había visto unos ojos de color violeta.
—Yo soy River — dijo con voz tímida; sus mejillas estaban rojas como la sangre.
No tiene frío
—¿River, no tienes frío? — pregunté y sus ojos se iluminaron. Ella comenzó a caminar hacia mí.
—No estoy acostumbrada a bañarme en el río en cualquier estación del año — dijo, intentando salir del río— Después de todo, estoy ligada a él.
—¿De verdad? — pregunté emocionado— Eso es genial.
Ella se sentó a mi lado.
—No soy tan genial como tú; después de todo, eres Fierce y todos dicen que serás el nuevo alfa.
—Sí, pero mientras, solo soy un niño que juega con rocas.
— Me pegaste con ellas — ella se ríe un poco — ¿qué haces aquí tan temprano?
— Espero a mi mejor amigo para ir a jugar.
Empezamos a observar el río; la facilidad con la que esta chica se ganó mi confianza es increíble.
— Fierce — exclamó, jugando con sus dedos de forma nerviosa — ¿puedo jugar contigo?
— Claro que sí.
— Genial.
— Podemos atormentar a alguien — propongo, y ella me da una sonrisa emocionada.
— Somos licántropos, no fantasmas — dice entre risas.
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El bosque prohibido
FantasyKaylee, conocida en su pueblo como Caperucita Roja, siempre ha vivido bajo las estrictas reglas de Brushwood. Sin embargo, su curiosidad la lleva a cruzar los temidos árboles prohibidos, donde se encuentra con un lobo enigmático que cambiará su vida...