Giyu Tomioka

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Nombre: ___ Akido

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Nombre: ___ Akido

Edad: 19

Rango: Hashira

Respiración: Estrellas







La joven y recién llegada pilar se encontraba admirando secretamente al pilar del agua, ella era nueva en esa posición, desde que fue ascendida de rango se dedicó a llevarse medianamente bien con los demás, aunque solo escuchó comentarios negativos del oji azul ella intentaba hacer a un lado esos prejuicios, quería conocerlo más.

— ___-chan no entiendo porque sigues intentando hablar con el antipático de Tomioka-san — habló suavemente la pilar del insecto.

— Me gusta generar mi propio criterio de las personas Shinobu-chan — comentó la fémina con una sonrisa.

— Si tu lo dices, pero solo llegarás a la misma conclusión que todos los demás.

Antes que el pilar de las estrellas pudiera si quiera responder su cuervo anunció una misión, disculpándose se alejó de su compañera y comenzó a correr siguiendo a su cuervo, ___ apenas entendía como era que se convirtió en pilar, era la más lenta referente a velocidad, su habilidad con la espada no era perfecta. Era un caso perdido según ella.











Aquella reciente pilar hacía todo lo que podía para proteger a los civiles, sus pulmones ardían, estaban congelándose, frente a ella y en su primera misión como hashira se encontraba la luna superior dos.

"Mira que yo tengo una suerte..." murmuró sarcásticamente para si.

El sol estaba por salir, solo debía resistir un poco más, ella sabía más que nadie sus capacidades, si estaba viva de momento era un milagro; contra todo pronóstico estuvo muy cerca del cuello de aquel demonio, aunque esto le costó resultar con heridas no pensaba rendirse.

— Espero vernos de nuevo ¡Fue un combate interesante! — habló alegre ese demonio.

— Ey ¡Vuelve aquí! — reclamó la pilar persiguiendo al demonio quien comenzó a irse.

Pese a lo mucho que ella lo intentó no lo alcanzó, cuando pudo sentir el calor del sol en su espalda se detuvo y cayó agotada, su temperatura corporal al aumentar comenzó a calentar progresivamente sus pulmones hasta deshacerse de todo el hielo y frío que los restringía.

— Lo hiciste bien — escuchó la fémina.

— Tomioka-san... — murmuró la joven al levantar la mirada.

— ¿Puedes levantarte? — preguntó agachándose — Parece que tienes problemas para respirar, es indispensable que sepas parar el sangrado con tu respiración.

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