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Las horas pasaron y la noche cayó sobre el cielo de la hermosa ciudad donde estábamos. Afortunadamente para mí, Beto ahora estaba más tranquilo, era como si no pudiera mantener un mal humor durante mucho tiempo o quizás solo prefería guardarse eso

—¿Qué vamos a cenar?.— cuestioné mientras caminábamos tomados de las manos

—Dijeron que mariscos, ya casi llegamos.— respondió —¿Ahora si te vas a quedar o vas a salir corriendo?.—

—Como te gusta molestar eh.— me quejé y él se rio —No voy a correr, no me iré a ningún lado.—

—Si te vas vamos a tener problemas, señorita Trix.— amenazó con un toque burlón —Y tendrás que sufrir las consecuencias.—

—Me da curiosidad, ¿qué clase de consecuencias serían?.— cuestioné en el mismo tono hasta que vi aquella mirada maliciosa que siempre me ponía nerviosa —Olvídalo, no sé ni para qué te pregunto.—

Nuevamente escuché su risa y seguimos caminando, después de algunos minutos llegamos al restaurante, se veía muy bien y todo olía muy bien

—Espera.— me detuvo antes de entrar, yo simplemente lo miré —Algunos de mis amigos son bastante llevados, tenles paciencia.—

—Sé que todos los inicios son extraños, pero no te preocupes, estaré bien.— sonreí —No suelo convivir con mucha gente y quizás al principio sea hasta incómodo, pero me adaptaré y la pasaremos muy bien.—

Beto me despeinó un poco provocando que riera, sin duda estar así con él me ponía bastante feliz

—Ahora si no hay más impedimento, entremos.— pedí y toqué mi estómago —Porque realmente tengo hambre.—

Entramos al lugar, yo miraba a todos lados como si buscara a alguien aunque realmente solo hacía eso para calmar un poco la ansiedad de conocer gente nueva

Mi novio me llevó hasta una mesa donde ya estaban otras personas hablando, al vernos simplemente se quedaron en silencio, eso fue algo incómodo

—No mamen, ya solo faltaban ustedes.— habló Juan, a él ya lo reconocía —El Roberto bien impuntual como siempre.—

Vi que Beto saludó a todos mientras yo me quedaba parada mirando como sonreían y se reían juntos, realmente parecían felices de verse

—Por cierto, yo sé que ya la conocen, pero ella es _____.— me presentó y saludé

—¿Cómo no vamos a saber su nombre?, es más fácil que no te conozcamos a ti.— se burló Rivers, a ella también podía ubicarla gracias a clips en tiktok

—Hasta que por fin haces algo bien cabrón, creo que traer a ______ es un logro.— siguió Juan

Ellos seguían en su plática mientras yo dirigí mi mirada a Ari, ella me hizo una señal para que me sentara a su lado así que me alejé de mi novio para ir con ella

—Hola.— saludé un poco nerviosa, ella tenía una gran sonrisa

—No sabes lo emocionada que estaba por este encuentro, osea no te lo puedes imaginar.— exclamó, tenía un tono bastante característico —¿Cómo estás?.—

—Si te digo que estoy nerviosa ¿sería una respuesta válida?.— pregunté ahora, ella empezó a reír

Era reconfortante ver como yo no era el centro de atención, por un lado estábamos Ari y yo, mientras los demás estaban en sus propios temas, incluso mi novio estaba ya sentado charlando amenamente con algunas personas

—Todos son personas increíbles, te lo prometo.— dijo como si quisiera darme confort —Si te soy sincera pensaba que cuando llegaran estarías pegada con él, me alegra que al menos puedan tener cada uno su propio espacio.—

—Yo amaría estar junto a él en todos los momentos del día, pero es imposible.— reí un poco

—Aún no entiendo como terminaron juntos, sé que Roberto se merece cosas hermosas, pero jamás me lo imaginé con una actriz como tú.— habló mientras me miraba atenta —Sé que puede ser algo inmaduro pedírtelo cuando apenas nos conocemos, ¿me puedes contar como se conocieron?.—

—Es una historia larga y algo aburrida para un momento como este.— sonreí algo apenada

—Por favor.— pidió con un leve tono de súplica

Tomé un poco de aire y asentí, quizás al contarlo todo podría replantearme lo lindo que ha sido mi camino con Beto

—Bueno, pero intentaré resumirlo.— advertí y asintió contenta —Una vez me invitaron a una fiesta de antifaces, yo realmente no quería ir, pero mi manager de ese momento me obligó, hasta cierto punto se lo agradezco mucho porque al llegar a esa fiesta hubo un chico que me ayudó a acomodar mi vestido...— empecé a contar

Los minutos empezaban a pasar y nosotras seguíamos con mi historia, muy pocas veces ella me interrumpía para añadir algún comentario o para burlarse de alguna frase cursi que se me salía

Los demás pidieron la comida, incluso tanto Roberto como Juan se habían encargado de ordenar algo para nosotras porque nosotras estábamos tan metidas en nuestra conversación que ni siquiera revisamos el menú

No supe como, pero ahora yo era la única persona de nuestra mesa hablando, los demás también estaban atentos a la historia que estaba contando, incluso la comida llegó y mientras los demás comían solo me escuchaban, aunque de vez en cuando se burlaban por cosas que contaba sobre Beto, al parecer no muchos conocían la versión enamorada de Roberto

—Wey, puedes comer mientras la escuchas.— exclamó Juan mirando a mi novio —Te tardas un chingo comiendo, si te quedas mirándola te tardarás más.—

—Ella se tarda más que yo.— se defendió Beto así que lo miré mal —Si no quieren que nos quedemos aquí toda la noche es mejor que dejen el resto de la historia para después.—

En eso tenía razón, pero me había cortado la inspiración para seguir con mi historia así que tomé una servilleta, la hice bolita y se la tiré, Beto me miró confundido un momento aunque después me guiñó el ojo de manera coqueta, ahora la confundida era yo

—Tienen una manera bien rara de coquetear.— escuché el susurró de Rivers, se lo había dicho a su novio, pero no fue nada discreta, todos la habíamos escuchado

Ahora que podía reflexionarlo, ¿en que momento de nuestra relación nos habíamos coqueteado?, para mí todo era tan natural que ni siquiera recordaba si nos habíamos tomado algún momento de coqueteo

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora