𝐔𝗇 𝐋𝗂𝗇𝖽𝗈 𝐑𝖾𝖾𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝗈!

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CHAPTER EIGHT.

𝑨𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢!: 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐄𝐗𝐏𝐋𝐈𝐂𝐈́𝐓𝐎.

𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐂𝐇𝐀𝐑:"𝑰 𝑾𝒂𝒔 𝑵𝒆𝒗𝒆𝒓 𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆 - 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒆𝒆𝒌𝒏𝒅" 𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐄𝐄𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄, 𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄𝐓𝐄𝐍𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎

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𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐂𝐇𝐀𝐑:
"𝑰 𝑾𝒂𝒔 𝑵𝒆𝒗𝒆𝒓 𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆 - 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒆𝒆𝒌𝒏𝒅" 𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐄𝐄𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄, 𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄𝐓𝐄𝐍𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎.

Pasó la semana que Genevieve había acordado con McGonagall de permiso, por lo tanto tenía que regresar a Hogwarts para que los alumnos no se retrasaran más con aquella materia, Genevieve checo papeleos, comprando medicinas para su padre, contratando a una enfermera para que lo cuidara y una pequeña casa a las afueras de la ciudad, claramente ella había hablado con su padre sobre esto, pero tampoco quería dejarlo en la calle, así que decidió comprar una casa para él, a pesar de todo lo que le había hecho, aún se preocupaba por el bienestar de su padre.

Seis con treinta y dos de la mañana Genevieve ya estaba de regreso en Hogwarts, esperando a que dieran las ocho de la mañana para que pudiera asistir al gran comedor.

Tom se había percatado que hacían ruido en aquel salón que se encontraba justo a lado de él y decidió recurrir ahí, encontrándose con la presencia de Genevieve, usaba una pijama color azul de tela satín y sus pies se encontraban totalmente descalzos, estaba acomodando aquella aula que había sido ocupada por sus alumnos en sus horas libres.

- Que bien te sienta el color azul. - Dijo una voz masculina, lo que hizo que Genevieve volteara rápidamente hacia la puerta y viera la presencia de su amado justo en aquel marcó café.

- Idiota, ¡me asustaste! - Pego un brinco para luego soltar una pequeña risa.

- Esa no es forma de saludar. - Dijo aquel pelinegro para después cerrar la puerta de aquel salón y acercarse a Genevieve.

- Solo me agarraste desprevenida. - Dijo la castaña que rápidamente fue jalada por la cintura hacia Tom, quedando ambos pegados.

- Mm, ya vi. - Sonrió un poco para al fin poder acercarse y besarla, lo que más quiso hacer durante una larga semana.

Genevieve se separó de aquel beso, el cual Tom no quería terminar. - Tom.. Alguien puede vernos.

- No te he visto una semana, ¿qué más da si nos ven? - Dijo, sabía que Genevieve si se preocupaba por eso al ver la cara de ella enojada, lo cual a él le causó una ligera risa.

Tom sacó su varita poniendo un hechizo protector a la puerta y silenciando aquella habitación para que nadie pudiera escucharlos.

- ¿Contenta? - Dijo Tom para volver a besar a la castaña, está vez sin separarse.

La castaña aún sin apartarse de aquel hombre, usó aquel hechizo de aparición para que ambos pudieran llegar a la cama. Aquel pelinegro empezó a desabotonar aquella camisa que era parte del pijama de Genevieve, dejando sus pechos al descubierto y jugando con ellos, bajando en un hilo de besos hasta llegar a cada uno de ellos.

- Solo yo te puedo hacer sentir así, Genevieve. - Dijo el pelinegro, bajando aún más.

Genevieve soltaba pequeños gemidos de placer, los cuales eran música para los oídos de Tom, Tom llegó hacia aquel pantalón de satín y empezó a bajarlos, dejando al descubierto aquellas bragas de encaje que cubrían la parte íntima de aquella castaña, Tom tomó las esquinas de esta y la bajo, tirando toda prenda de ropa que le estorbara en aquel piso de madera, se volvió a acercar a la cara de su amada y la beso, un beso lleno de pasión, pero sobre todo lleno de amor. Bajo su mano hacia la intimidad de la castaña, llegando hasta su entrada y dio la primera embestida con sus dedos, lo que hizo que la castaña soltará un gemido el cual se ahogó gracias a aquel beso, continuamente Tom empezó a dar más embestidas rápidas, sus dedos entraban y salían de la intimidad de aquella, pequeñas gotas de fluidos escapaban, formando un hilo entre los dedos de aquel hombre y la intimidad de aquella.

- Mira como te tengo, revolcándote en la puta cama por más. - Jadeó aquel pelinegro, dando embestidas cada vez más rápidas.

- T-tom.. - Sollozó la castaña.

- Te haré ver cada puta estrella con un solo toque, Genevieve. Solo dime qué quieres. - Dijo aquel pelinegro parando aquellas embestidas.

- Follame a tu puto antojo. - Soltó de un jalón, lo cual sorprendió a Tom.

Aquel hombre asintió y quitó su ropa en cuestión de segundos, quedando totalmente desnudo ante la castaña, se alineó en su entrada y la miró directamente a aquellos bellos ojos cafés que relucían un brillo cada vez que miraba al pelinegro. Tom empujó sus caderas a su dirección y Genevieve soltó un fuerte gemido placentero, que fue la indicación que Tom esperaba para seguir embistiendo con fuerza. Este aumento la intensidad de estás esperando llegar al primer orgasmo de Genevieve, solo tuvo que esperar unos minutos para que las paredes de está empezarán a hacerse más apretadas, presionando su miembro, y fluidos nuevos escapaban en cada salida, los cuales generaban un ruido cuando sus pelvis chocaban.

Fue en ese instante donde Genevieve tuvo su primer orgasmo, seguido de Tom el cuál se vino segundos después de que Genevieve lo hiciera. Aquel pelinegro cayó sobre está sin lastimarla y metió su rostro en aquel hueco que había en su cuello, respirando ambos agitadamente, sincronizandose, queriendo mantenerse así durante mucho tiempo, cuando en eso la alarma sonó, las siete en punto. tenía que meterse a bañar para poder ir al gran comedor.

- Tom, tengo que ducharme. - Dijo empujando a este con todas las fuerzas que tuvo.

- ¿Segunda ronda? - Dijo con voz coqueta, lo que hizo que la castaña soltará una pequeña risa.

【 🕰️ 】

Ocho en punto de la mañana y Genevieve ya estaba en el gran comedor junto con los de más profesores, todos recibiéndola de nuevo. Pero había una profesora en especial que no había visto.

McGonagall la presento, su nombre era Aurora Brown, al parecer sería la nueva profesora de Herbología que al parecer se encontraba coqueteando con Tom, pero este no le hacía caso alguno, por otro lado Genevieve estaba aguantando los coqueteos por parte de Theodore y esos celos que sentía gracias a la nueva profesora.

Solo quedaba esperar lo que pasaría en esta semana, probablemente muchas cosas, solo esperaba no ver a su padre de nuevo, ya que siempre la despreciaba por cualquier cosa que hacía, siempre le recordaba lo infeliz que estaba desde que se enteró de su nacimiento.

𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐈𝐃𝐃𝐄𝐍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora