CHAPTER TWELVE.
𝑨𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢!: 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐄𝐗𝐏𝐋𝐈𝐂𝐈́𝐓𝐎.
𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐂𝐇𝐀𝐑:
"𝑺𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 - 𝑻𝒉𝒆 𝑵𝒆𝒊𝒈𝒉𝒃𝒐𝒖𝒓𝒉𝒐𝒐𝒅" 𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐋𝐄𝐄𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄, 𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄𝐓𝐄𝐍𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎.Habían pasado los días, Genevieve sentía un vacío inexplicable por todo lo que había pasado, era un mar de emociones inexplicables que sentía dentro de su corazón y su mente, esas emociones no la dejaban pensar, la estaban matando por dentro.
Genevieve decidió pedir unos días en Hogwarts en lo que se sentía mejor y se fue a su casa, por lo que la Directora McGonagall la estaba suplantando, claramente Genevieve ya le había mandado algunos deberes de los temas que estaban por ver junto con la explicación de cada uno.
Por otro lado, Tom cada vez que acababan sus clases iba a verla a su casa, se aseguraba que saliera de la cama para poder comer y beber algo de agua.
Ese día era jueves, eran las cinco y media PM, faltaba media hora más para que las clases de Tom acabarán, y Genevieve se sentía un poco mejor, por lo que decidió hacer varias cosas por su cuenta, se metió a la ducha y prendió aquella regadera, quitó su ropa quedando completamente desnuda y se metió sintiendo el agua fría recorrer por su piel. La puerta que dividía el paso de la regadera y baño tenía un cierto polarizado, lo que era imposible ver quién se bañaba si estabas fuera de la regadera o quién entraba al baño si estabas dentro de ella.
Se escuchó un pequeño click en aquella puerta para entrar al baño, lo que hizo que la castaña se sobresaltara, ¿Las clases de Tom habían acabado tan pronto?
- ¿Tom..? - Preguntó, pero nadie le contesto así que siguió bañándose, dándole la espalda a aquella entrada hacia la regadera.
Aquella puerta se abrió sin hacer ruido alguno y la castaña sintió como dos manos se posicionaron en sus caderas, lo que hizo que se voltease y viera algo que no quería, su padre, él estaba ahí.
- Hola, querida. - Dijo aquella voz, aterrorizando a la castaña la cual quería salir de ahí rápidamente.
Aquel hombre acorraló a la chica hacia aquella pared de mármol, sin dejarle algún hueco para que ella escapará, Genevieve se dio cuenta en ese momento que no traía aquel brazalete que Tom le había dado, por lo cuál significaba que no vendría a ayudarle.
- Tu querido noviecito no está aquí, princesa, no hay quien te salve. - Dijo con voz retadora.
Aquel hombre empezó a jugar con los mechones de cabello de Genevieve, mientras que ella gritaba por ayuda, aunque sabía que nadie la escuchaba, tenía cierta esperanza de que alguien viniera y la encontrará en ese preciso momento, que aquel hombre castaño no le hiciera absolutamente nada, que la dejara libre y en paz.
- Mira que tenemos aquí. - El hombre agarro la muñeca de la castaña, viendo cortes que aquella se había hecho recientemente, lo sabía porque la sangre aún estaba seca.
- Déjame en paz... - Sollozó, las lágrimas caían sobre sus mejillas, al igual que el agua recorría su cuerpo.
- Me debes muchas, Genevieve, empezando desde aquella vez que te fuiste de casa. - Habló ya enojado.
【 🕰️ 】
La castaña se encontraba en aquella regadera aún, sola, su llanto era totalmente descontrolado, su padre le había hecho lo que siempre deseó, torturarla de la peor manera posible, abusando de ella a su antojo sin que alguien se interfiera.
El llanto de la castaña era el único ruido que había en la casa, su padre se había ido, no le importo en el estado que estaba su propia hija, la dejo ahí, sola, con la lluvia artificial cayendo sobre ella, empapando su cabello mientras ella estaba sentada en el suelo, las lágrimas ya no salían de sus ojos, por más que ella quería era imposible que recorrieran sus pronunciadas mejillas.
La puerta que hacía separación a la regadera y al baño estaba abierta, fácilmente la podían ver tirada en el suelo destruida, un ruido hizo que se sobresaltara aún más, era la puerta para entrar al baño, pensó que era su padre.
- Déjame en paz, ya obtuviste lo que querías. - Gritó Genevieve sin percatarse de quién se trataba, nuevamente pudieron salir lágrimas de sus preciosos ojos cafés.
- Mi amor, soy yo.. - Dijo Tom, sus clases habían acabado y no pensaba encontrar de esa manera al amor de su vida.
Rápidamente entró a la regadera, apagando aquella lluvia artificial que era el único entretenimiento que tenía la castaña en ese momento, el pelinegro se hincó para poder quedar a la misma altura que la castaña, en ese momento no era aquella adulta de treinta y tres años, en ese momento era una niña pequeña que fue abusada por la persona que más llegó a amar en su vida, su propio padre.
Tom se quedó con ella, acunandola, dándole aquel valor para que ella hablará, la llevo a su habitación y le dio ropa limpia y holgada para que ella se vistiera, convenció a Genevieve que le contara lo que había pasado, ella en un principio tenía miedo y no quería, se asustaba con cada tacto que Tom le daba, con cada abrazo, con cada caricia, después de varios intentos al fin aquella castaña soltó lo terrible que le habían hecho, cosa que hizo enojar a Tom, desapareciendo de aquella habitación nuevamente dejando sola a Genevieve...
°
Holaaaaa, sé que esté
capítulo les va a doler
demasiado, pero así es
la trama, créanme que
me dolió bastante
escribir sobre este...
tema, y pues, nada.con amor: 𝐏𝖺𝗋𝗂𝗌!🗼
【 𝐏. 】