24. Cuando no tengas ganas de hablar, háblame

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- Dedicado a mis amigos -

Y nos sentamos a ver

el cielo y sus pájaros cagones.

No necesitas hablar,

Sin pronunciar palabras

de pana te puedo escuchar.

Si gustas me alejo,

si lo prefieres me quedo.

Ni siquiera me tienes que mirar,

solo sentir;

es suficiente solo respirar.

No estaré para siempre,

estaré cuando pueda, cuando se deba.

No soy de los que se quedan

si no hay necesidad,

no ocupas ponerme a prueba.

No haré por ti lo que me aleje de mí,

en mi alma no hay perjurio;

pero en mi sangre hay mercurio

y en mi corazón seco cabemos

para formar un tertulio.

O si gustas mato a esas aves cagonas,

mato el atardecer y la paz tranquilizadora.

Si gustas mato las horas,

mato tu depresión con una canción

que masacre a la fauna y flora.

La poesía del todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora