18. 13/03/93

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Odio mi cumpleaños,
siempre me regalan camisas
en vez de libros.

Obvio, cumplí un año,
es evidente: son malas las prisas
porque descalibro.

Odio mi cumpleaños
porque me llueven los abrazos
y los elogios;
y odio los elogios.

No me gusta auto-festejarme,
si me quieres dar un regalo
que en verdad ame,
entonces regálame tu ausencia.

Déjenme solo todo el día
de mi aniversario en este planeta,
no hay nada que festejar.

Es verdad, nací este día
pero es irrelevante,
no es nada importante,
nada interesante.

Solo el primer escalón del nivel tres,
solo eso y el año que sigue lo mismo,
si es que llego al año vecino.

La persona que más amo
me felicitó a la medianoche,
eso es todo lo que importa.

Odio mi cumpleaños,
siempre me regalan calcetas
en vez de cervezas.

Obvio, cumplí un año,
es evidente: más cerca la meta
y más lejos la reja.

Odio mi cumpleaños
porque me llueven los abrazos
y los elogios;
pero fue diferente el caso.

Pregunta:
¿No me gusta auto-festejarme?

Respuesta:
No de forma material,
pero sí de manera espiritual.

Déjenme solo todo el día
y hasta el día catorce vuelvan,
no hay nada que festejar.

Es verdad, nací este día
pero es irrelevante,
en serio que no importa;
no pasará algo interesante.

Solo el primer escalón del nivel tres,
solo desactivar la fecha de cumpleaños para que las redes sociales no les notifiquen.

No importa si nadie me felicitó
porque la persona que más amo
me felicitó a la medianoche,
eso es todo lo que importa.

La poesía del todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora