Capítulo 4
El día se hizo largo. Las horas parecían eternas. Por suerte las puertas de la escuela resistían como una vieja fortaleza, y la gente refugiada se comportaba más tranquila. Betty, mi abuela, tuvo el turno número 22 para llamar a casa. Por suerte comunicó enseguida con el abuelo. Él era ajeno a lo que ocurría. Aún no había llegado a la calle 14 ningún enfermo.
- Tu abuelo dijo que estará en casa. - Comentó mi abuela intentando no sonar asustada. - Bloqueará todas las entradas y se refugia en el sótano.
Nuestra casa no era tan grande, ni muy segura. Consistía en una construcción antigua de madera que necesitaba de reparación cada año y crujía por las noches en un recordatorio de su vejez. Tres cuartos, un baño, una cocina, sala y patio. El sótano era un espacio extra donde guardábamos cosas viejas. Era seguro mientras no descubrieran la puerta. Espero que el abuelo este bien. No sé cuánto nos demoraremos en este lugar. Tampoco cuando será seguro para salir. También me preocupa Sofia, la madre de Rey. Ella no puede defenderse, ni siquiera puede hacerse de un refugio. Necesitamos salir de aquí. Reencontrarnos con el abuelo, Sofia y Rey. Luego encontrar un lugar donde guarecernos.
- ¿Tienes hambre? - Preguntó abuela sentándose a mi lado.
- Un poco. - Ella me extendió un pedazo de pan. - ¿Ya comiste? - Ella asintió así que acepte la comida.
Ya era por la tarde cuando la abuela me brindo aquella pieza de pan. Antes habíamos comido de la merienda que yo llevaba a la escuela. Todavía nos quedaba un poco de agua. Debíamos ahorrarla pues este lugar no parece tener grandes reservas de víveres. Después de todo es solo una escuela.
La noche cayó y muchos se refugiaban en las aulas. Otros se acostaban en los pasillos. Solo unos pocos se quedaron en la primera planta. Mientras el día avanzaba se podían oír quejidos y llantos al otro lado de la puerta. Además, un horrible olor a sangre y carne muerta que no tardo en fermentar según avanzaba el día. Llamados de auxilio, golpes y gritos. Pero la puerta nunca se abrió. Pocos tuvieron el valor para ver lo que ocurría del otro lado. Yo no lo tuve.
La abuela sí. Ella vio. Su rostro me comunicó todo el dolor y la angustia que sentía. ¿Cómo saldremos de aquí? Estamos atrapadas. El sonido de un radio entrando en emisión interrumpió mis pensamientos."(...)Noticia de última hora. Atención, noticia de última hora: Debido a los acontecimientos recientes se le pide a la población permanecer en sus casas. La ciudad de Magna cuenta con una situación especial:
Tres animales de laboratorio escaparon de las instalaciones científicas. Un de ellas ya han sido capturada, dos continúan sueltas. Además, les informamos sobre la veracidad una extraña enfermedad. Esta ha comenzado a afectar a nuestra población. Se sospecha que de tipo viral. Probablemente como resultado de la interacción con los animales(...)"- Estúpidos políticos. - Murmuró un hombre frente a nosotros. - Todo es cosa de ellos. Apuesto que esto es solo una pantalla para salir con una cura milagrosa y salvarnos el día.
- Amor...- Lo cortó una mujer a su esposo, para luego hablar con los dueños del dispositivo. - ¿Pueden bajar un poco el radio?
El dueño del aparato hizo caso a la mujer. Ella tenía en su regazo un infante. El niño intentaba dormir mientras su madre le acariciaba el cabello con cariño y delicadeza.
"(...)Se le informa a la población que una mordida o arañazo de estas criaturas puede ser mortal. En caso de heridas de está índole se le recomienda cuarentena total. Así mismo se le advierte que el hospital del pueblo está colapsado debido a estos incidentes. Actualmente el centro y la policía trabaja en la recuperación de las especies, mientras el hospital se dedica a tratar a todos los infestados. Se le aconseja tener precaución(...)"
- ¿¡Precaución?! Debemos tener precaución de que no nos muerda el vecino. - Exclamó otro hombre.
- Por favor, los niños necesitan dormir. - Comentó la mujer.
- Pues vaya a otra aula señora. - Dijo otra fémina. - Debemos saber que pasa allá afuera.
Escuche a la abuela respirar a mi lado. Ambas decidimos de forma silenciosa ignorar las peleas. Debíamos descansar. El día había sido largo, y el mañana no era nada seguro. Lo último que escuche fueron palabras del pequeño niño.
- ¿Pueden dejar la luz encendida?
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Magna
Mystery / ThrillerMagna es una gran urbe, como su nombre lo pregona. Una ciudad preciosa y magnífica. ¿O debería decir lo "era"? En fin: Una extraña enfermedad, una mafia local, secretos ocultos y mucho más. Todo ello perturba la paz de esta urbe moderna. Acompaña a...