Capítulo 10
Mi cuerpo se tensó. ¿Qué hacer? Correr. Ignorarlos. Creo que correr es la única opción. Tome a mi abuela del brazo. Si tenía que cargarla lo haría. Correr a casa y buscar al abuelo. Luego ir a los puertos. Ese era el plan.
- ¡Eh! ¡Aquí! - Escuche gritar a Rafael- ¡Corran! ¡Qué esperan!
- ¡Pero ¿qué haces, imbécil?! - Creo que fueron las palabras de Ernesto.
No giré a mirarlos. No había tiempo para eso. Aquellos se quedaron discutiendo a gritos, mientras el grupo de criaturas les prestaba atención. Era nuestra oportunidad. No sé por qué lo hizo. Pero ahora mismo me importa poco.
Tomé a mi abuela de la mano y la arrastré por la calle a nuestra espalda. Sería un camino más largo a casa. Ambas guardamos silencio, sabíamos qué había que hacer. Avanzar por la calle en linear recta, buscando alejarnos del centro. Luego doblar hasta llegar a la Calle 14 y seguir todo recto. El grupo que nos acompañaba quedo rezagado en algún momento, no me di cuenta, ni le presté atención. Sin pérdidas llegamos a casa.
La abuela respiraba entre cortado. Solo así me doy cuenta de que también tengo la respiración irregular. Llegamos tan rápido como nuestros pies nos lo permitieron. La señora Betty se acerca a abrir la puerta con su llave. Pero. Sorpresa: La puerta está abierta.
-Ay. No. - Murmuró la abuela.
La empujó suavemente al interior y ambas comenzamos a inspeccionar el interior. Todo parecía saqueado. No estaban las comidas enlatadas, ni las galletas.
-Tu abuelo no está en el sótano. - Comentó ella angustiada. - ¿Dónde estará?
-Quizás... quizás la biblioteca. - Le propongo un nuevo punto en el mapa. No admitiré su perdida, no aun.
Ella asiente, y como mismo entramos salimos de nuestro hogar. No había que perder tiempo. Encontrar al abuelo es lo más importante ahora. Así largarnos de aquí.
-Faltaba una mochila, y algunas medicinas. Tampoco estaba la radio. – Enumeraba la abuela. Quizás, solo quizás, el abuelo logro huir con algunas de nuestras pertenencias.
Mientras caminábamos miré el hogar de Rey. Su mamá no estaba a la ventana, como otras veces a esta hora. ¿Será que esas criaturas ya pasaron por aquí?
-Aitana... Aitana, hija. - Llamaba mi abuela. - No te pierdas ahora. Necesito que estés concentrada.
-Si. Lo siento abuela.
Pero era difícil mantenerme enfocada. Se que la abuela está cansada, vi como ajustaba un bolso en su hombro, el cual no cargaba el día anterior. Sus piernas se arrastran y la respiración aun esta agitada. Miro a mi celular. Ya pronto sería mediodía, y no hemos comido nada en muchas horas. Tampoco hemos bebido agua. Pronto el cuerpo nos pasará factura.
Una puerta se abre de golpe haciéndonos saltar en el lugar. ¿Rafael? Parecía huir de algo. No lo pensé mucho y tomé la mano de mi abuela para correr nuevamente. Pero la adrenalina del momento había mermado para esta ocasión.
-No...No... ya no puedo. - Dijo la abuela con voz entrecortada.
- Si puedes. Tienes que poder. - Le dije arrodillándome frente a ella para que subiera a mi espalda.
La señora Betty miró a su espalda. Escuche los sonidos de una puerta de madera. Rafael estaba bloqueando la entrada del establecimiento con unas mesas y sillas que había en su portal.
-Aguantará un poco. - Nos dijo el mayor. - Pero debemos apresurarnos.
Me puse de pie para ayudar a la abuela a caminar. Seguimos transitando la calle 12 para llegar a la Biblioteca. Rafael nos seguía mirando en ocasiones a nuestra espalda.
- ¿Qué fue de los otros del grupo? - Pregunté curiosa. El hombre sólo elevó sus hombros ignorándome. - ¿No te importa? Había niños allí.
- A ti tampoco te importó cuando saliste corriendo. - Respondió con simpleza.
Baje la mirada avergonzada. Estaba siendo hipócrita. Desearía que todo esto no hubiera pasado, que Magna siga siendo aburrida y monótona, que Rey estuviera vivo, que el abuelo no estuviera perdido.
- ¿Han comido algo? - Preguntó el mayor. Negué con la cabeza.
Nos ofreció unos trozos de pan y dos pomos de agua. ¿Para eso entró al establecimiento? Nos detuvimos a la sombra de un portal para descansar un poco. Aún teníamos un par de hora.
-Gracias muchacho. - Hablo la señora Betty con una sonrisa coqueta. - También gracias por ayudarnos en la salida de la escuela.
- Su nieta compartió la información de los barcos. Ella nos salvó a todos. - Comentó el mayor negando con la cabeza. - Aun cuando prefiere guardar silencio en muchas ocasiones.
Desvíe mi mirada sin saber si sentirme ofendida o halagada. La abuela, en cambio, respondió con una leve carcajada. Después de unos minutos a la sombra regresamos a la acción.
- ¿A dónde van? - Preguntó Rafael por nuestro inesperado desvío.
-Mi esposo está perdido. - Comentó mi abuela.- Esperamos que se encuentre en la Biblioteca.Rafael asintió e iba a continuar su camino hacia los muelles. Pero la señora Betty lo detuvo. ¿Qué tiene en mente? Por su sonrisa ya sé que le cayó bien el joven. Vieja pícara.
- ¿Te llevarías a mi nieta contigo?
- ¡¿Qué?!
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Magna
Mystery / ThrillerMagna es una gran urbe, como su nombre lo pregona. Una ciudad preciosa y magnífica. ¿O debería decir lo "era"? En fin: Una extraña enfermedad, una mafia local, secretos ocultos y mucho más. Todo ello perturba la paz de esta urbe moderna. Acompaña a...