4 años atrás: La Ruptura

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Katerina "Kat" Delorien había despertado esa mañana con una sensación de logro y felicidad. El día anterior había sido su graduación, un evento que había marcado el final de un capítulo arduo y el comienzo de uno prometedor. Había compartido la celebración con Brian Cosick, su novio desde hacía casi tres años. Aunque él provenía de una familia rica y poderosa, siempre había mostrado una actitud amorosa y protectora hacia Kat.

Sin embargo, esa mañana algo se sentía diferente. Brian la había invitado a desayunar en un café elegante cerca del campus. Kat se puso uno de sus vestidos favoritos, algo sencillo pero bonito, y se dirigió al encuentro con una sonrisa.

Cuando llegó, Brian ya estaba allí, sentado en una mesa apartada. La saludó con su sonrisa habitual, pero sus ojos no reflejaban la calidez de siempre. Aun así, Kat se sentó y comenzó a hablar sobre sus planes futuros, sobre el emocionante camino que se abría ante ellos.

―Brian, estoy tan emocionada por lo que viene. –Kat comenzó, tratando de mantener el tono alegre–. Tengo entrevistas con algunas de las mejores empresas de biotecnología. Me han contactado de GenTech y BioSynthetica, tengo que ir a hacer las entrevistas la semana que viene. Parece que podré elegir entre varias opciones, es genial.

Brian la dejó hablar durante unos minutos, pero finalmente levantó una mano para detenerla. Kat se quedó en silencio, extrañada.

―Kat, hay algo que necesito decirte –dijo Brian, su tono era inusualmente frío y distante–. Creo que es mejor que terminemos esto aquí y ahora.

Kat sintió que el mundo se detenía. Las palabras de Brian resonaron en su cabeza mientras intentaba procesarlas.

―¿Qué? ¿Por qué? –preguntó, sin comprender sus palabras.

Brian suspiró, como si hubiera estado esperando este momento desde hacía mucho tiempo.

–Mira... Lo nuestro nunca fue real para mí. Desde el principio fue una especie de... proyecto. –Sonrió con desdén–. Fue una manera de mejorar mi imagen. Salir con la chica más pobre de la universidad, la becada con sueños, me hizo parecer un buen tipo ante todos. Pero ya no necesito eso.

Kat sintió que sus manos comenzaban a temblar, se las agarró entre ellas, intentando mantener la calma.

―¿Cómo puedes decir eso? Éramos felices juntos, realmente me querías: Hace dos meses me pediste que me casara contigo.

Brian soltó una risa seca y cruel.

―¿Quererte? Vamos... Nunca estuve enamorado de ti. Siempre fuiste un medio para un fin. Una manera de mostrar a todos lo generoso y compasivo que puedo ser. Pero la verdad es que siempre estuviste por debajo de mi nivel. Y ahora que me gradué, ya no tengo que seguir con esta farsa.

Kat sintió que las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos, pero se negó a dejarlas caer.

―¿Hay otra persona? –preguntó, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.

―Emily Westwood –asintió, sin mostrar ni un ápice de remordimiento–. Ella es de mi nivel, de mi mundo. Llevamos viéndonos desde hace tiempo. Ella entiende lo que significa ser parte de la élite, algo que tú nunca podrás comprender.

Kat se quedó en silencio, sintiendo como su corazón se rompía en mil pedazos. Las palabras de Brian eran como dagas, cada una más dolorosa que la anterior. Bajó la mirada, observando aquel anillo de compromiso, no muy grande, pero bonito... A ella no le habría importado jamás el precio, solo el significado.

Ahora, el símbolo de aquel anillo era el compromiso vacío, y sintió que la ira reemplazaba al dolor. Se levantó lentamente, tratando de mantener la dignidad. Se arrancó el anillo del dedo y lo dejó encima del centro de la mesa, entre la taza de café de Brian y el café intacto y ya frío de Kat.

―No vale gran cosa, y estoy seguro de que lo necesitarás más que yo.

―Eres un miserable, Brian –dijo con voz firme–. Algún día te darás cuenta de lo que has perdido. No por mí, sino por la persona horrible en la que te has convertido.

Brian se encogió de hombros.

―Lo dudo, Kat. Las personas como tú no entienden cómo funciona el mundo real.

Buena suerte intentando encajar.

Kat tomó una respiración profunda y se giró para irse, dejando atrás no solo a Brian, sino también a todo lo que él representaba. Mientras salía del café, prometió que nunca más permitiría que alguien la menospreciara de esa manera. Sabía que tenía el potencial para alcanzar grandes cosas, y estaba decidida a demostrarle a Brian, y a todos los demás, lo equivocada que estaba su visión del "mundo real".

Saga Asedrian: El Legado de Atrivia - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora