Más Fuerte (Borrador)

Capítulo 3

Kamil

No se cuánto tiempo me quedé parada en el mismo sitio pero solo no me atrevía a mover un músculo, estaba procesando sus palabras, ¿En serio fue capaz de decir todo aquello?

Suspiré con frustración y decidí entrar ya a la casa, hasta ahora no me había fijado del frio que hacía, las cosas entre Roman y yo estarán tensas por unos días.

Sé que estuvo mal lo que hice, lo desobedecí, pero solo quería divertirme con mis amigos un rato, acaso eso no estaba mal o ¿si?

Cerré la puerta detrás de mi una vez entre a la casa, todo estaba silencioso y oscuro, así que camine despacio y subí las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a mis padres y hermanos.

Pasé por la habitación de Rebecca y solo escuché una pequeña melodía, así que supuse que trataba de dormir, es algo raro, pero, mi hermana no podía dormir bien si no escuchaba música clásica.

En lo personal no me desagrada una vez lo intente y dormí cómodamente por 12 horas. Desde ese entonces una que otra vez, cuando estoy demasiado angustiada escucho Clair de Lune, una hermosa melodía que me llega a calmar y dormir tranquila.

Una vez llegué a mi habitación cerré la puerta y me quité los tacones, dejando mi cartera en el pequeño sillón que había.

Me dirigí al baño y observé mi rostro, a pesar del cansancio estaba radiante, sonreí levemente y abrí la ducha mientras esperaba que el agua comenzara a calentarse, quite mis prendas colocándolas en el cesto de ropa sucia y entre a la ducha cuando el agua estuvo a mi gusto.

Inmediatamente mis músculos se relajaron, sintiendome tranquila, quitando una tensión que hasta ahora me doy cuenta que tenía, aún sigo preocupada y algo frustrada por la aparición y conversación que tuve con Roman.

Pero decido no pensar mucho en eso ahora y tener mi mente tranquila.

Después de un baño relajante me coloque mi pijama que consistía en un short y top de seda negro.

Busque mi celular y coloque Clair de Lune cerrando mis ojos al instante cuando escucho tal melodía, dejo mi celular en la mesita de noche que estaba a un lado de mi cama y me arrecuesto en mi cama, dispuesta a dormir.

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Sin duda dormir con música clásica hace que duerma bien, después de hacer mi rutina de la mañana, baje a desayunar con mi familia, todos ya estaban en la mesa esperandome.

Me senté en medio de los gemelos Matteo y Mathias, aunque son mellizos idénticos, Matteo tenía su cabello de color negro y Mathias de blanco, eran algo asi como el Ying y el Yang.

Mientras Rebecca tenía su cabello de color castaño claro, sus ojos son como los de mamá verdes.

En cambio a mi los tengo igual a papá azules, los mellizos en cambio, Matteo tiene eterocromia, y Mathias los tiene azules.

—¿Cómo la pasaron ayer chicas?—nos preguntó papá, Rebecca me miró de reojo y yo me tense en mi lugar.

—Bien, hasta que...—la interrumpí.

—Roman ya regreso de viaje, dijo que vendría a visitarlos, tiene algo que hablarles.—sonrei un poco mirando a mis padres.

Mi hermana esta mañana trato de hablar conmigo sobre lo que pasó anoche y la conversación que tuve con Roman, pero yo solo le comuniqué que todo estaba bien y que venía hoy.

Ella sabía que pasó algo más pero no insistió y lo agradecí, aún no logro aceptar del todo lo que me había dicho en la noche anterior.

Mis padres asintieron a lo que dije anteriormente y todos procedimos a comer hasta que Mathias decidió hablar.

—Él, no me gusta para ti Kamil.—dijo después de tomar un poco de jugo, era inusual escucharlo hablar, siempre ha sido de pocas palabras.

—¿Quien? ¿Roman?—mi hermano asiente.

—No es bueno.

Fue lo último que dijo para después seguir comiendo las tostadas con mermelada que tenía en su plato. Nadie dijo nada  al respecto.

Y yo antes de que pudiera articular palabra alguna se pudieron escuchar varios toques en la puerta.

—Yo iré, lo más probable es que sea Roman.—me levanté de mi asiento y salí del comedor.

Abrí la puerta encontrándome efectivamente con Roman, su expresión seguia estando seria, pude notar cierta tensión, quise acercarme para dejar un beso en sus labios pero apartó su rostro.

Suspiré leve y me alejé dejándolo entrar a la casa.

—Todos están en el comedor.

Y después de escucharme fue a donde estaba toda mi familia, yo fui detrás de él y mi madre de inmediato se alegró al verlo, se levantó a abrazarlo con una sonrisa, a lo cual correspondió y se sentó al lado de Rebecca despues de que mi madre le dijera que lo hiciera, no sin antes saludar cortésmente a mi padre y hermanos.

Mathias estaba muy incómodo con su presencia, así que se despidió dejando un beso en mi mejilla al igual que a mamá y a Rebecca y se marchó.

—Señor y Señora Walker.—ambos miran a Roman.—Estoy aquí presente para decirles que Kamil y yo tomamos la decisión de vivir juntos.

Bajé mi mirada hacia mis manos que estaban en mis piernas cerrándolas en puños con un poco de fuerza, mientras solo me quedaba escuchando todo.

«Mentiroso»

Fue lo primero que pensé pero negué levemente alejando ese pensamiento de mi cabeza.

Todos se quedaron en silencio y tanto como Rebecca y Matteo estaban mirándome detenidamente, ambos sabían que algo no estaba bien, en cambio no podían decir nada porque no era su decisión y si yo no me opuse a la idea ellos tampoco podían hacer mucho.

—¿Es así pequeña?—sentí la voz de mi padre hablarme y levanté mi mirada forzando una sonrisa mirando a mis padres.

—Si papá, es así, Roman y yo ya nos falta poco para casarnos así que, ¿no sería mejor ir conviviendo desde ya?—senti una pequeña patada por debajo de la mesa y ví a mi hermana por un momento quien negaba, yo solo volví a mirar a nuestros padres.

—Señor Walker, en unos meses seré oficialmente de la familia y de todas maneras Kamil vendría a vivir conmigo, solo queremos pasar estos meses que quedan disfrutando de la compañía de ambos antes de que llegue el gran día, ¿No es así cariño?— hablo con una voz suave y me miro con una sonrisa, yo asentí con rapidez.

—Si es así.

—Esta bien, pero déjanos disfrutar de nuestra pequeña está semana antes de que se vaya contigo.—terminó aceptando mi madre.

Y en ese momento supe que no había marcha atrás, no sabía si alegrarme ante la idea, Roman aún seguía enojado conmigo y eso solo provocará pequeñas discusiones y distanciamiento de su parte.