Kamil.
Ha pasado una semana entera, semana en la que nunca salí de mi habitación y me encerraba en el baño cuando Roman ingresaba, no quería verlo, y le tengo miedo, no quiero que vuelva a golpearme.
Las empleadas han intentado que salga pero sin éxito, no he comido mucho en estos días, tampoco es que tenga mucho apetito.
He recibido llamadas y mensajes de mis padres y hermanos, les contestaba uno que otro mensaje para que no se preocuparan, pero de quién no he sabido nada es de Adrián, no desde esa noche cuando nos besamos.
Ahora no sé si ese beso fue un error porque simplemente ha desaparecido, no sé nada de él, y en parte me siento mal porque ahora quiero que esté conmigo.
Estoy en el baño sentada con la espalda arrescotada a la puerta porque Roman está aquí.
—Kamil sal ya de una vez, has estado haciendo esto por una maldita semana—dijo de manera brusca.
Sentí su voz muy cerca asi que supongo que está justo al frente de la puerta. Yo no le respondí y tampoco le hice caso, no pienso salir de aquí, solo quiero que se vaya.
—Kamil, tengo un viaje en una hora y quiero verte antes de irme, anda sal muñequita.
Oh no, estoy empezando a odiar que me llame así.
—Vete a la mierda Roman.
No lo estoy viendo pero sé que ya está tenso, en estos momentos no sé que hará porque estoy desconociendo a Roman por completo, él no era así.
—¡Que abras la maldita puerta!—gritó enojado golpeando la puerta y tratando de abrirla.
Y es ahí cuando supe que tenía que alejarme, no pienso que vaya a entrar a la fuerza.. ¿o si?
Bueno, es Roman, un jodido abusador sí, ahora lo veo así porque es lo que es, me alejé lo suficiente de la puerta asustada, no quiero que entre y me vuelva a golpear.
—¡O abres o entro Kamil!
Empezó a forcejear la puerta, a golpearla, creo que le está dando patadas, retrocedí aún más hasta que mi espalda tocó la mampara y no me quedó de otra que quedarme quieta a esperar a que entrara.
Sin duda derribó la puerta y me sentí pequeña al verlo enojado acercándose a mí, yo lo mire negando queriendo que no me tocara, pero fue inevitable.
—Roman, basta, por favor.—negué cuando terminó de acercarse y como siempre tomó de mi brazo para sacarme del baño.
Estaba aterrada no sabía que seguiría esta vez, no quiero que vuelva a golpearme, no lo quiero cerca de mí.
Él me sacó del baño a la fuerza y me soltó empujándome, caí al suelo y me golpeé las costillas con la cama.
—¿Por qué haces las cosas tan difíciles Kamil? Te dije que solo quería verte antes de irme pero como siempre tienes que complicar las cosas.
Tuve el presentimiento de que me golpearía cuando se puso de rodillas frente a mí, pero agradezco internamente cuando una de las empleadas entra a la habitación.
—Señor, la señorita Lucía lo espera abajo.—comunicó.
¿Lucía? ¿Y esa quien mierdas es?
—Dile que ahora bajo.
La empleada me miró y yo le rogué con la mirada que me ayudara.
—Pero señor la señorita Lucía dijo que debían irse ya.
Román se levantó suspirando con frustración y yo llevé mis rodillas a mi pecho abrazandolas.
—Bien, Claudia te quedas al cuidado de Kamil, no puede salir de su habitación ¿entendido?
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Más Fuerte (Borrador)
Teen FictionLa vida no siempre va a ser como uno quiere, no siempre es perfecta, tiene sus altos y bajos, y muchas complicaciones y problemas, tal vez para bien o para mal, eso depende de las decisiones de cada persona. Después de que una persona tiene tantas d...