Kamil
Pasé un buen rato con las chicas hasta que Roman entró a mi habitación, dejé la taza de té que tenía en mis manos en la mesita y le hice señas a las chicas para que me dejaran sola.
—Te vendré a buscar en unos días, ten todo listo.
Yo asentí en respuesta, ahora se me fueron todos los ánimos de hablar con él.
Pase de un ambiente tranquilo y lleno de risas, a uno con mucha tensión y eso ya comenzaba a ponerme de mal humor.
—Que te quedes unos días con tus padres no quiere decir que vayas a desobedecerme.
—No lo haré.
—Bien muñequita, así me gusta, que seas obediente ante mí—a pasos lentos se acercó a mí y dejó un beso en mis labios al cual correspondí.
—Sabes que no me gusta pelear.—le dije en bajo.
—No habrá peleas si no desobedeces, es por tu bien muñequita.
—Esta bien.
—Ahora debo irme, tengo una reunión con unos inversionistas.
Volví a asentir y él dejo un beso en mi frente para después salir de mi habitación.
¿Por qué siempre no puede ser así? Sin estar siempre enojado, ahora ya se ha calmado un poco, y eso es bueno.
Suspiré y tomé otra vez la taza de té para terminar con mi bebida.
—¿Todo bien?—pregunta Nami cuando entra otra vez a mi habitación pero esta vez sin Rebecca.
—Si, todo bien.—sonreí.
—Vale, tu hermana está hablando con tus padres.
—¿De qué?
—No seas chismosa.—Hice una mueca indignada.
—Yo no soy chismosa.
—¿Ah no? ¿Entonces que eres?
—Solo busco estar informada, eso no es ser chismosa.
Ella ríe en respuesta y quedamos hablando un poco más hasta que tuvo que irse.
En mi caso salí de mi habitación para estar más con mi familia ya que no podré estar mucho tiempo con ellos.
Aunque solo encontré a mi madre en la sala, así que me senté a su lado mientras ella veía su programa favorita.
—Kamil.
—¿Si mamá?
—¿Estás segura de irte a vivir con Roman? No me malinterpretes amor, es tu decisión y sabes que solo quiero verte feliz pero te veías algo nerviosa en el desayuno y...
—Mamá, si estoy segura, si me puse nerviosa pero se acerca mi boda y empezar a vivir con Roman ya es un gran paso.—le sonreí.
Ella solo acaricio mi cabello en respuesta y volvió a mirar su programa.
—Mamá.
—¿Mmm?
—¿Y si hacemos un pastel?
—Mmm está bien, hace ya tiempo que no hacemos un pastel juntas.
—Si, pero primero termina de ver tu programa, yo iré preparando todo.—deje un beso en su mejilla y me levanté para ir hacia la cocina.
A penas llegué me puse el mandil y a buscar los ingredientes, la harina, los huevos, la mantequilla, la azúcar, el polvo para hornear y la vainilla.
Primero precalenté el horno a 175° centígrados para después agarrar el molde para hornear y lo engrase y enharine.
Mi madre entró a la cocina en ese momento y me regaló una sonrisa, yo hice lo mismo y se puso su mandil de igual y se acercó a mi lado.
—Yo prepararé el glaseado, ya te las puedes arreglar sin mi ayuda ¿cierto?
—¿Acaso dudas de mis habilidades culinarias madre?—me cruce de brazos mirándola para después reír.
Luego agarre un recipiente y en ella batí la mantequilla con el azúcar hasta que acreme y sin dejar de batir agregué uno de los huevos.
Despues agrego la harina con el polvo para hornear a la mezcla de antes, adicionando la vainilla como último ingrediente.
Posteriormente vertí la masa dentro del molde para colocar dentro del horno esperando un tiempo entre 35 y 45 minutos.
Cuando puse la atención en mi madre ella ya había terminado el glaseado y solo se había quedado mirando y pude notar una sonrisa de orgullo.
—Ahora puedes prepararles pasteles a mis futuros nietos.
—Claro que sí, aprendí de la mejor.—sonreí y la fui a abrazar ella correspondiendo al instante.
—Aún no creo que te me casarás en pocos meses.—dijo después de separarse y quitándose el mandil, yo repitiendo la acción e ir a la sala.
—Yo tampoco mamá, estoy muy emocionada pero con algo de miedo a la vez.
—Es normal tenerlos, son los nervios antes de la boda, serás una excelente esposa.
Después de esas palabras nos pusimos a ver una película hasta que pasaron los minutos y fuimos a ver el pastel ya hecho, mamá le agregó el glaseado y lo decoró con fresas.
No me gustan mucho las fresas, pero a mis hermanos si, bueno excepto a Mathias.
Mathias aunque no sea de hablar mucho, tenemos una conexión increíble, todos en realidad.
Aunque cada uno tiene gustos diferentes, mientras a Matteo le gusta tocar la guitarra eléctrica, incluso tiene una pequeña banda, mientras Mathias le gusta tocar el piano y el arte, y tiene unas manos maravillosas al tocar y al pintar, en realidad la mayoría de los cuadros en la casa los hizo él.
En cambio Rebecca le gusta todo lo que tiene que ver con la fotografía y el patinaje, siendo una de las mejores estudiantes de fotografía en su curso y ganadora del primer lugar de los campeonatos de patinaje, y pues en lo que en mi respecta me gusta el baile, aunque tuve que dejarlo al conocer a Roman, no le gusta.
—¡Llegamos!—escuché la voz de papá.
Yo inmediatamente fui a recibirlos.
—Ah.. estoy cansada, toma.—me entrega Rebecca unas bolsas.
—¿A dónde fueron?—pregunté al ver tantas en los brazos de mi padre y en Rebecca.
—Porque siempre preguntas lo obvio, fuimos de compras, dah, Oh, ¿ese olor es lo que creo que es?—cuestiono emocionada.
Papá en cambio me dió un beso en la mejilla y fue hacia la cocina.
—Si, mamá y yo preparamos un pastel, pero primero a llevar todo esto a tu habitación y te lavas las manos.
Ella refutó pero hizo caso subiendo las escaleras.
—A veces pareces la mayor.
—Pues, soy la primera que va a casarse, deberías sentirte avergonzada.—le recrimine.
—Nah, estoy bien así, las relaciones me dan jaqueca, son un dolor de cabeza, prefiero tener mi libertad y no un intenso, que prohíba todo lo que no le guste.
—No todos son así, bueno, mi novio no lo es.—Llegamos a su habitacion y dejé todas esas bolsas en su cama.
—Repitelo varias veces y veremos si te la crees.—habló antes de entrar al baño para lavarse las manos, y yo aproveché para revisar las bolsas.
Roman no es ese tipo de chico, es atento y muy lindo conmigo, aunque cuando se enoja da miedo pero en lo general, siempre me ha tratado bien.
Asi que simplemente ignore sus palabras y me dispuse a curiosear.
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Más Fuerte (Borrador)
Teen FictionLa vida no siempre va a ser como uno quiere, no siempre es perfecta, tiene sus altos y bajos, y muchas complicaciones y problemas, tal vez para bien o para mal, eso depende de las decisiones de cada persona. Después de que una persona tiene tantas d...