•Capitulo 15•

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LEXI

|CELOS|

Me bajo del avión y me dirijo hacia el punto de encuentro que Mari me indicó. A lo lejos, veo un cartel que dice "FUTURA NOVIA DE MARÍA VICTORIA". No pude evitar reírme ante lo poco disimulado del mensaje.

Me acerco a Mauro y me da un abrazo. El vuelo fue interminable y recordé por qué detestaba salir del país, especialmente con vuelos tan largos. Estaba agotada y solo quería ver a mi chica para sentirme mejor.

—El más disimulado, eh—digo cuando me separo del abrazo—. ¿Cómo está Vic?

—Yo sé, necesitaba encontrarte de una manera u otra. Y sobre Vic... creo que está un poquito demasiado celosa.

—¿Celosa por qué?—suelto una risa nerviosa.

—Vio tu historia en la que ponías "No me busquen porque estaré ocupada con una personita, putos". Se supone que ya deberías estar en España, no le has respondido los mensajes y ni siquiera te despediste.

Coño e' la madre.

Reviso mi teléfono y veo todos los mensajes que Vic me ha dejado. Sin perder tiempo, decido escribirle.

Vicky💗

Hola bonita, hubo un retraso y acabo de aterrizar, perdón por no avisarte, baby.

Veo cómo Miko lee mi mensaje y me deja en visto. Berrinchuda me salió la nena.

—Me dejó en visto—. digo mientras guardo el teléfono y subo las maletas al auto.

Mauro se ríe, pero trato de no preocuparme demasiado. Estoy decidida a sorprenderla y hacer que todo valga la pena.

Mientras subo al auto, trato de sacudirme el cansancio y mantenerme optimista. Mauro me mira y sonríe.

—No te preocupes, ya verás que todo va a salir bien—dice mientras arrancamos el auto y salimos del aeropuerto.

El trayecto hacia la casa de Vic es tranquilo, aunque no puedo evitar sentir un nudo en el estómago. Me preocupa que esté realmente molesta y que la sorpresa no salga como esperaba. Finalmente, llegamos y Mauro me ayuda a bajar las maletas.

—Vamos, te llevo adentro—dice Mauro con una sonrisa tranquilizadora.

Entramos a la casa y todo está en silencio. Mauro me guía hasta el salón donde, según él, Vic debería estar descansando. Me acerco lentamente, tratando de no hacer ruido.

Al llegar a la puerta del salón, Mauro me hace un gesto para que espere. Abre la puerta con cuidado y entra primero.

—Vic, tengo una sorpresa para ti—dice con un tono juguetón.

—¿Qué sorpresa?—responde Vic desde adentro, su voz suena un poco cansada.

Mauro se hace a un lado y entro al salón con una sonrisa nerviosa.

—Hola bonita—digo suavemente.

Vic se queda en shock por un momento antes de que sus ojos se llenen de lágrimas. Se levanta rápidamente y corre hacia mí, abrazándome con fuerza.

—¡No puedo creer que estés aquí!—dice entre sonrisa.

—Perdón por no avisarte, quería que fuera una sorpresa—digo mientras la abrazo con fuerza, sintiendo cómo toda la tensión se desvanece.

Vic se separa un poco, sus ojos aún brillando con lágrimas, pero con una sonrisa en el rostro.

—Eres una tonta, pero te quiero—dice antes de besarme.

Mauro nos deja a solas, cerrando la puerta tras de sí. Nos quedamos abrazadas por un buen rato, simplemente disfrutando de estar juntas nuevamente.

—Mauro me dijo que estabas celosa—. Me siento en la cama, y ella queda al frente mío, y vaya que sí, era demasiado alta.

—Pueda' ser que un poquito, baby—. Sus ojos brillan al verme, y una pequeña sonrisa traviesa se forma en sus labios.

—No tienes de qué preocuparte, tonta—. Digo suavemente, tomando sus manos—. Vine aquí solo por ti.

—Te extrañé mucho—. Susurra, acercándose más.

—Yo también te extrañé—. Respondo, sintiendo cómo su calor me envuelve.

Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la compañía del otro. La tensión y el cansancio del viaje comienzan a desvanecerse, reemplazados por la calidez y el amor que siento por ella.

Finalmente, Vic se inclina y me besa suavemente, sus labios suaves y tiernos contra los míos. El beso se profundiza lentamente, y todo lo demás parece desvanecerse. En ese momento, nada más importa.

Se separa de mí por falta de aire.

—Me las debes, mami—. dice mientras me agarra y hace que quede encima de ella.

Sus besos empiezan a bajar por todo mi cuello, y no puedo evitar soltar jadeos por su tacto.

—¿Y por qué? ¿A caso María Victoria es tan celosa?

—Too much, baby—. dice con ese acento puertorriqueño que me derrite.

Me río suavemente, disfrutando del momento.

—Entonces tendré que compensarte, ¿no?—. murmuro, sintiendo cómo sus manos se deslizan por mi espalda, creando una sensación de electricidad por toda mi piel.

—Exacto—. susurra contra mi piel, sus labios rozando mi clavícula.

—Eres imposible—. Digo entre risas, inclinándome para besarla de nuevo, perdiéndome en la sensación de sus labios y su calor.

Me tira en la cama y empieza a quitarme la camisa lentamente, dejando besos por todo mi abdomen mientras la va subiendo hasta llegar a mis pechos. Baja la parte que cubre mis pezones y les da un beso, haciéndolos endurecer más. Tira mi camisa a un lado de la habitación y me vuelve a besar de la misma manera desesperada, como si nunca en su vida me fuera a volver a tocar.

Su intensidad me hace sentir una mezcla de emociones, entre deseo y ternura. Cada beso y cada caricia me hacen olvidar todo el cansancio del viaje. En ese momento, nada más importa que ella y yo, juntos en esta habitación.

—Te extrañé tanto—. susurro contra sus labios, sintiendo cómo nuestros cuerpos se sincronizan perfectamente.

—Yo también, baby—. responde antes de volver a besarme, sus manos explorando cada rincón de mi piel, haciéndome sentir viva y completa.

Victoria me tira suavemente en la cama y empieza a quitarme la camisa lentamente, dejando un rastro de besos por mi abdomen. Su toque es delicado y sus labios recorren cada centímetro de mi piel con cuidado, dejando una sensación cálida a su paso. Cuando finalmente quita mi camisa por completo, sus besos llegan a mis pechos, y siento un estremecimiento mientras me acaricia con su lengua.

Su mano se desliza con suavidad, bajando entre mis piernas y acariciando la tela de mis bragas. A medida que su boca explora cada rincón de mi cuerpo, su acento puertorriqueño hace que sus palabras sean aún más intensas.

De repente, se detiene y se levanta con una sonrisa juguetona.

—Necesitas vestirte—dice con su acento característico, buscando en su armario.

Cuando me lanza una sudadera, me sorprendo por su cambio de actitud.

—No me jodas, ¿me vas a dejar así?—le pregunto, confundida.

—Es tu castigo', mami, por hacerme sentir celosa'—responde con una sonrisa—. Además, sé que el vuelo fue very tired, así que mereces un descanso.

Se sienta a mi lado, y me coloca la sudadera con cuidado.  Maldita Victoria, estás me las iba a pagar.

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ÚLTIMO CAPÍTULO POR HOYYYY, YA ME IRÉ A DOMIRRRRRRR (son las 4:51😭) BESOS BAIIIIII💗💗💗

ENCHANTED  (Young miko) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora