•Capitulo 27•

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LEXI

|¿ISABELLA?|

Mariana me había mandado a decirle a Vicky que en 10 minutos tenía que salir. Podía ver a la gente afuera emocionada por ver a Miko. Cuando llegué al camerino, abrí la puerta y lo primero que vi fue a Victoria empujando a una chica rubia. La cara de Vicky mostraba nerviosismo, y me sentí como si hubiera interrumpido un momento privado.

—Victoria... Dice Mariana que en diez minutos tienes que estar lista—. Hago una pausa—. Disculpa, ¿quién tú eres?

—Cierto. Soy Isabella, una amiga de Vicky—. Cuando pronunció la palabra "amiga", pude sentir una corazonada.

«Esto no me da buena espina». Pero Victoria no sería infiel, ¿verdad?

—Yo soy Alessandra, su novia.

Quizás fui mal educada al no aceptar su saludo con la mano. Volteé a ver a Victoria y ella tenía la mano detrás de su cuello, ¿tenía miedo de algo?

—Eh, sí. Mi amor, ella es una amiga. Isa, ella es mi novia—. Dice con nerviosismo.

—Bien, Victoria, tienes que salir ya—. Cierro la puerta con fuerza, dejándolas a ellas dos dentro.

No quería actuar insegura, pero estaba segura de que estaban tan cerca como para poder darse un beso. Pensamientos del pasado empiezan a llegar. Intenté reprimirlos, pero eran fuertes. A unas sillas de mí, pude ver a Isabella. Cuando Victoria salió al escenario, la gente empezó a gritar y ella era parte de esos gritos. Intenté disfrutar el concierto, pero la verdad no me podía concentrar.

La forma en que Isabella miraba a mi novia no me gustaba. No era de esas novias celosas, de esas que no permiten que tengan amigas o que salgan. Siempre intento tener relaciones sanas, pero esa amiga no me daba buena espina. El concierto había actuado con normalidad hasta que sucedió algo:

Le tiraron unas bragas a Miko.

Y adivina de quién eran. Exacto, adivinaste.

De Isabella.

Pude ver cómo Victoria recogía las bragas del suelo con una expresión de sorpresa en su rostro. El público rugía y se reía, y ella intentó seguir con el espectáculo como si nada. Pero yo no podía dejar de mirar a Isabella, quien tenía una sonrisa triunfante en su cara. Me hirvió la sangre, y un nudo de celos y desconfianza se apoderó de mí.

Al final del concierto, fui tras bambalinas y esperé a que Victoria regresara. Cuando finalmente apareció, la confronté inmediatamente.

—¿Qué fue eso, Vicky? —dije, señalando las bragas que todavía tenía en la mano.

Ella me miró con ojos angustiados.

—Lexi, no sé qué decir. No esperaba eso de Isabella, te lo juro.

—¿Y qué hacías tú tan cerca de ella en el camerino?

—Solo estábamos hablando, nada más.

Suspiré, tratando de calmarme.

—Esto no me gusta, Vicky. No quiero que nuestra relación se vea afectada por algo así.

Ella se acercó y me tomó de las manos.

— Pinky Promise, baby. Isa no significa nada para mí más allá de una amiga. Por favor, confía en mí.

Sus ojos azules brillaban con sinceridad y amor. Quería creerle, necesitaba creerle. Asentí lentamente y la abracé, sintiendo su calidez y su amor envolverme.

ENCHANTED  (Young miko) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora