𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 • 6ta RD Harry Potter

20. explosión

Advertencia: Contenido Explícito

Chica Paranormal - Paulo Londra

El resto del tiempo en Hogwarts, cuando no eran clases de terminó de año, Fred y yo nos la pasábamos desestresando al otro en cualquier lugar permitido, e incluso bajo la mesa con toqueteos o jugueteos como señales que necesitabamos atención. Aparentemente el exhaustivo rendimiento escolar y descanso merecido de tres días nos dió la energía suficiente cómo para no parar de hacerlo en cualquier oportunidad. Y de cualquier oportunidad de verdad digo cualquier oportunidad; un pasadizo solitario, un salón vacío y abandonado, un pasillo solitario, el fondo o piso más profundo de la biblioteca, la torre de astronomía las noches de los fines de semana, mi habitación, una esquina detrás de una estatua en mi sala común si no alcanzabamos a llegar a mi habitación por la noche.

Una noche estábamos tan concentrados que una prefecta casi nos encuentra detrás de la estatua en mi sala común por más que Fred tapara mi boca mis gemidos eran sonoros porque estaba por llegar a mi orgasmo. Así que cuando gemí alto al llegar y sentir a Fred sacudirse dentro de mí, escuchamos una voz aguda preguntar si había alguien ahí. La calentura se bajo demasiado rápido, acomodamos la ropa en su lugar y nos pegamos más a la estatua hasta que escuchamos a la prefecta bufa y maldecir a Peeves. Suspiré cuando escuchamos las pisadas para subir a los dormitorios, miré a Fred e inmediatamente comenzamos a reírnos tratando de guardar el mayor silencio posible. Con cuidado subimos las escaleras para seguir con la diversión en mi habitación. Ni siquiera sabía cómo no me dolía la cadera al día siguiente o cómo no estaba cansada cuando despertabamos para ir a clase.

En el único lugar que Fred solo dejaba su mano en mi muslo o en el respaldo de mi silla era en clase. Normalmente me siento con buena postura en mis RDs, porque en mi RA siempre termino encorvada; así que en está ocasión estaba esperando porque Lupin revisara unos ejercicios que acababa de poner cómo repaso, y en esta ocasión me senté con la cadera hacía atrás en mi silla, las piernas cruzadas, la espalda arqueada ligeramente, mis senos sosteniéndose en la mesa y mis antebrazos también recargados ahí mientras jugaba con mi pluma en la mano o mordía la punta buscando calmar mi ansiedad.

-Sientate bien -me susurró Fred sacándome de mis pensamientos de aburrimiento

Lo miré confundida unos segundos, bufó y tomó mi mano para bajarla a su entrepierna haciéndome enderezar de golpe.

-Esa posición me hace querer hacertelo frente a todos los que te estan desnudando con la mirada -gruñó en mi oreja

E inmediatamente llevé mi mirada a nuestro alrededor notando que si había un par de chicos mirándome. Les hice una cara de asco y acerqué más mi asiento al de Fred hasta poder tomar su muslo sin que nadie se diera cuenta. Él me sonrió travieso, movió su capa tomándola para cubrir su costado expuesto al estar en la última fila de la esquina, lo ví desabotonar su pantalón y bajarlo ligeramente junto a sus boxers hasta dejar su erección libre.

-Fred. No -advertí acercándome más a él tratando de que nadie lo vea cubriéndolo con mi capa que hacía un rato me había quitado

-Fred sí -rió y comenzó a masturbarse mirándome a los ojos

Yo solo podía sonrojarme, pero no podía dejar de mirarlo, sus ojos brillantes, sus labios apretados, su mano dándose placer al recorrerme con la mirada y centrarse en mis muslos expuestos con intención solo para él al sentarnos juntos. Tampoco es cómo que no hubiéramos hablado de estas situaciones, él sabía que era algo que me hubiera gustado hacer si no estuviéramos tan expuestos; me lamí los labios nerviosa al volver a ver su mano subir y bajar en su eje cada vez más rápido, dejo caer su frente en mi hombro haciéndome escuchar los suspiros pequeños en mi oído. No aguante mucho antes de quitar su mano para reemplazarla con la mía haciéndolo más rápido, rodeando su punta cómo sabía que le gustaba y apretando constantemente las venas que sobresalían; mientras mi cara estaba neutral haciendo cómo si no pasara nada mirando al frente. Sus suspiros y jadeos me hacían apretar mis piernas en busca de algún alivio hasta que lo sentí correrse sobre mi mano, con mi varita nos limpié y sonreí dándole un beso pequeño mientras lo ayudaba a subir su ropa.