Capítulo 18

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Ahora si que me siento dolorida, me duelen hasta las pestañas

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Ahora si que me siento dolorida, me duelen hasta las pestañas...y mañana tendré agujetas hasta en las uñas de los pies, este hombre es increíble. Apenas le quedaba semen tras correrse como un animal, una y otra vez. Me ha soltado por agotamiento...

—No te duermas, en una hora estarán aquí la modista y la peluquera —me da un beso en la frente mientras se viste con otro traje negro después de salir de la ducha.

Yo he venido directamente a tumbarme en la cama, apenas puedo caminar ¿como que la modista y la peluquera?

—¿Qué?

—La boda pipiola, he llamado al alcalde, me debe unos cuantos favores y nos casará por lo civil aquí mismo, solo necesitamos su firma. La modista y la peluquera por si quieres arreglarte, aunque por mi podemos casarnos desnudos...

—Ay, dios, ¿pero lo dices en serio? Mira que pelo tengo... —Salto de la cama como una exhalación y me dirijo al baño para volver a lavarme el cabello.

La risa de Dante inunda la habitación al verme entrar en pánico.

—Cariño, estás hermosa, no necesitas volver a ducharte.

—Calla, no pienso casarme con tu corrida en mi pelo.

—Umm, no me tientes...—se acerca a mi y me da una cachetada en la nalga. —Mandaré a buscarte cuando lleguen, relájate Patrizia, solo es una formalidad.

Lo oigo alejarse por la habitación y una preocupación me inunda el pecho.

—¿Dante?

—Dime.

—¿Mis padres van a venir? —me recojo mi pelo ya limpio en una toalla, mientras me incorporo de nuevo, saliendo del baño.

—Me reuniré con tu padre después de la firma, si quieres que estén presentes es una decisión tuya cariño.

Suspiro angustiada.

—¿Podemos estar nosotros solos? —mis ojos reflejan el miedo de aquellos recuerdos y Dante me abraza, apoyando sus labios en mi frente.

—Eres mi mujer pipiola, habla y tendrás el mundo a tus pies —me alza el rostro con los dedos y ahora soy consciente de que sus ojos siempre me han demostrado amor, me roza los labios con los suyos en un beso fugaz y me guiña un ojo mientras se aleja de mí, dejándome con mis pensamientos.

Y caigo en la cuenta de que no tengo nada de ropa que ponerme. Así que rebusco en los cajones y acabo vestida con un pantalón de deporte y una camiseta de Dante, mientras peino mi cabello en una trenza y me siento en el sofá, haciendo tiempo para que me avisen, quedándome dormida antes de pestañear dos veces.

Unos golpecitos en la puerta me sobresaltan.

Mierda.

Me incorporo de un salto, adecentándome con estas pintas.

Secretos con el señor de la mafia (+18) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora