Capítulo 7

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–Venga ya, haces trampas Patrizia

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–Venga ya, haces trampas Patrizia...no juego más contigo es imposible ganarte. -mi hermana se enfurruña cada vez que le gano al ajedrez pero es como enfrentarte a un niño de cinco años.

–No hace trampas Giorgina, solo piensa la jugada más que tú, hija -mi padre siempre tan neutral.

Mi hermana ha sido un calentamiento, mi padre es un desafío mayor, pero si consigo aguantar le ganaré, suele perder la paciencia y hacer movimientos suicidas. Espero que la familia la dirija mejor que su juego de ajedrez.

De pronto un trueno me sobresalta, joder, odio las tormentas de verano. Está empezando a diluviar cuando varios hombres entran a la biblioteca donde jugamos, buscando a mi padre, Dante está entre ellos y no me sorprende cuando me ignora, como de costumbre. Estoy empezando a sentirme molesta. Pero lo nuestro es un secreto que debemos mantener oculto.

–No os esperaba tan temprano. -mi padre se levanta dejándome tirada, y se reúne con ellos.

Me recuesto hacia atrás en el sillón y resoplo por la interrupción, la única tarde que tenemos para pasar juntos y vuelven a reunirse. Este hombre podría escribir un libro de cómo no educar a sus hijos.

Para mi sorpresa Dante ocupa el lugar de mi padre frente a mi, y lo observo mientras mueve ficha. Desafiándome con sus ojos a que le gane, pues bien, guante recogido. Me concentro y empieza el juego.

Estoy tan concentrada en nuestra partida que cuando alzo la vista y miro alrededor estamos solos, él se encuentra igual de inmerso que yo y se sobresalta cuando rozo con mi pie descalzo la parte interna de su muslo. Alza la mirada y sus ojos brillan, las aletas de su nariz se dilatan y se muerde el labio.

Me hago la disimulada y me toca mover a mi, cuando vuelve a ser su turno, mi pie se mueve más atrevido y acabo apoyado contra su paquete. Abre las piernas para dejarme mejor acceso mientras sigue moviendo ficha, pero la jugada ha sido un poco suicida y acabo comiéndole el alfil en mi siguiente turno.

Me agarra el pie con la mano, para que lo mantenga quieta y una sonrisa aparece en mi rostro. Le está perjudicando y me envalentona. Me suelto el otro pie de la zapatilla y comienzo acariciar su polla por encima del pantalón, de forma sutil y delicada, pero vuelve a cometer un fallo y en mi turno le como una torre. Si sigo así pronto le ganaré la partida.

Su teléfono suena, sacándonos de nuestro pequeño juego, y bajo las piernas a mi sitio. Volviendo a ser una niña recatada. Dante se levanta enfadado por la interrupción, pero no necesitamos palabras, en su siguiente movimiento me hace jaque mate. Se acerca a mi, casi hasta rozar mis labios con los suyos.

–No puedes jugar con el lobo, caperucita .-y me da un beso en la punta de la nariz.

Lo veo alejarse hacia el despacho de mi padre y una estúpida sonrisa le cubre el rostro. Dejándome aturdida por su cercanía, siendo consciente de mi atrevimiento.

Secretos con el señor de la mafia (+18) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora