6-Forever Young.

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Not a lot, just forever.


-No puedo creer que en serio estás diciendo esto. -Sollozó, las lágrimas bajaban sin piedad por sus mejillas mientras veía fijamente a su amado.

El rubio se encontraba sobre la cama que compartía con Ciel en la habitación de este, refugiado en las blancas y sedosas sábanas, como si se protegiera de su propio novio.

El susodicho observaba la lluvia torrencial por la ventana después de haber paseado por la habitación con visible nerviosismo.
Sabía que había cometido un error.
Caminó lentamente hacia la cama y se sentó en la punta, mirando a Alois fijamente.

-No es algo que pude haber evitado, lo sabes.

-Me queda claro. Pero tú...-En su voz quebradiza el dolor era perceptible. Quitó un poco las sábanas que lo abrigaban y levantó la camisa blanca que cubría su abdomen, revelando una herida recién cosida. -Me dejaste ahí, no hiciste absolutamente nada hasta que recordaste que yo estaba por ahí tirado desangrándome.

-Se curará.

-Que se cure no te da derecho a no cumplir tus promesas.

-No fue como tú piensas. No sabes lo que dices. -Su voz sonó más dura, el sonido de un relámpago provocó un pequeño salto en el rubio.

Le tenía pavor a las tormentas.
Igual que él cuando era niño.

-¡Claro que lo fue porque no estás pidiéndome que te deje explicar las cosas! -Gritó inestable, los sollozos resonaban por todo el cuarto, parecía no poder respirar correctamente debido a su nariz tapada.

Esa escena en cualquier otra persona le parecería patética al peliazul, pero verla en la persona que amaba le dolía en el alma, pero le lastimaba aún más saber que todo fue su culpa, no dió las órdenes correctas, ni siquiera se esforzó un poco en intentar arriesgarse.

Le tenía envidia a su novio por eso, él podía arriesgarse e incluso dar su vida por alguien que realmente amara.
¿Pero entonces por qué él no era capaz de hacer eso incluso cuando lo prometió?

Su orgullo no quería hacerlo aceptar su culpa, si tenía que culpar al mismísimo Trancy lo haría.
Eso le calaba lo más profundo de su ser.
Se odiaba.

-Si hubiera muerto, te habría dejado solo antes de tiempo, sabes que en cuanto se cumpla mi venganza moriré.

-¿¡Y qué el imbécil de Sebastián no puede esperar a que te mueras de forma natural para comerte!? -Otro trueno resonó.

-No porque así no lo estipula el contrato.-Sintió una fuerte punzada en su ojo marcado, Sebastián entró a la habitación aún si no tenía permiso de hacerlo.

Slow Motion I CieLoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora