7-My sour boy.

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Shoot.

Tenía muchas ganas de llorar, pero curiosamente no podía

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Tenía muchas ganas de llorar, pero curiosamente no podía. Por un instante, creí estar muerto.

Solo quería salir a pasear al jardín con mi chico y terminé con una bala en el estómago.
Había pasado en fracción de segundos, cuando menos te lo esperas sientes como tu amado deja de sostener tu mano porque su mayordomo con poderes infernales se lo llevó a un lugar seguro.

Es curioso que justamente el jardín dejara de ser seguro en ese momento.

Fue una verdadera lástima que mi mayordomo fuera un humano común que no llegó a tiempo.

No te das cuenta, no lo sientes gracias a la adrenalina.

En toda esa situación, siempre habrá algo que me hace ruido.

Undertaker estaba en el techo que estaba a mi derecha, pero el disparo vino de atrás.
Por el rabillo del ojo, lo ví. Más bien, no lo ví disparar. Pero entonces no tengo idea de quién lo hizo.

Solo observé el cielo, sin dolor pero con mi ropa llena de sangre, mi mano también. Recuerdo cómo respiraba tan frenéticamente, sentía que no respiraba y creí que moriría.

Claro que llegaron, muchos minutos después, y estoy seguro de que Sebastián no puso demasiada prioridad a investigar quién acompañaba al sepultero.

Cuando Ciel llegó a mi campo de visión lo golpee, de una forma muy débil, pero mi mano ensangrentada dejó rastros en su rostro.

De ahí todo se volvió negro.

Había pasado una semana desde su discusión con el peliazul, una semana en la que en rubio se dejó caer en una terrible tristeza porque el primero no se esforzó en buscarlo

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Había pasado una semana desde su discusión con el peliazul, una semana en la que en rubio se dejó caer en una terrible tristeza porque el primero no se esforzó en buscarlo.

Slow Motion I CieLoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora