Alguien toca su puerta, y cuando grita que pase, es la persona en la que está pensando.
"Hola..." Marie saluda, su actitud es aprensiva, y tiene las mejillas levemente sonrojadas.
No dice nada más, plantada frente a la puerta, sin moverse para sentarse, parece que ni respira. Nathaniel se aclara la garganta, "Hola."
Ella sigue sin decir nada por varios segundos, parece que se ha vuelto una estatua hasta que esnifa. Pasa el peso de su cuerpo de una pierna a otra, y después de agarrar valor se dirige a sentarse en una de las sillas de la habitación.
"Tenemos tarea de matemáticas y de química. Eso apesta."Ella se queja, y una tensión que Nathaniel no había notado hasta ahora se disipa, como si por fin pudiera respirar.
"¿Tienes mis cosas?"
Ella coloca su mochila en sus piernas, abre la cremallera y deja los libros de texto sobre su mesita de noche, le habla mientras le explica la labor, "Se supone que Melody te los iba a traer por ser la delegada de la clase, pero le insistieron que sería mejor que viniera yo- Oh, hablando de."
El rubio pestañea, "¿Qué pasa?"
Marie rebusca una vez más entre el interior de su mochila, y saca un simple sobre. En el dorso tiene escrito un gran '¡¡Que te mejores!!' rodeado de muchos dibujos de gatitos, corazones, flores, entre otros. Él pestañea, algo anonadado. Sabe lo que es, pero la culpa está estrujando su corazón con fuerza.
"¿Por qué harían esto?"
La chica no le contesta, seguramente no entienda su pregunta.
"Ni siquiera les agrado." Ese es un hecho, ¿no? Apenas tiene tiempo de interactuar con ellos, y las veces que sí lo hace, no es del todo agradable; siempre está estresado, siempre hay demasiada presión sobre él que le lleva a desquitarse, ¿por qué le escribirían una carta de mejórate si no ha sido nada amigable?
"Entiendo que pienses así, creo," Marie dirige la mirada a la puerta, incapaz de verle, "Pero algo que aprendí este semestre es que la gente siempre te estima más de lo que tú crees. Para ti un comentario que suena simple, puede alegrarle a otra persona su día entero."
Nathaniel suspira, "Entiendo..."
"Haces más por nosotros de lo que te das cuenta." La pelinaranja finaliza, su voz algo apagada, lo cual hace que su pecho se sienta más apretado.
Sigue sintiéndose terrible por haberle mentido, "¿Y hago más por ti de lo que creo?"
Ella gira su cabeza en su dirección, y la ladea, confundida, "¿Cómo?"
"Sólo te he ocultado cosas." Le enfrenta, y ella visiblemente se desanima, sus hombros descendiendo al encogerse en su asiento.
"Pude haberte insistido más."
"No es tu culpa, yo decidí no ser más honesto."
"Tampoco es tuya," Ella protesta, cruzándose de brazos de manera defensiva, "Yo... ¿No ha sido ese nuestro problema? Las cosas son tan absolutas, tan blanco y negro. Yo tengo mis problemas, y eso borra los tuyos por alguna razón, o no podemos hablar de ellos."
"Creí que funcionaba," Nathaniel admite, algo avergonzado, "Yo no necesitaba ser escuchado, y tú sí, no me importaba hacerlo."
"¡Es de eso de lo que hablo! Lo vuelves absoluto," Marie señala, parándose de su asiento y provocando que caiga su mochila al suelo, "Ya decidiste que vale más escucharme a mí que a ti, y me acostumbré a eso, pero es insostenible. Ambas cosas pueden ser ciertas, ¿no? Es tanto tu culpa como la mía. Ambos debimos intentar más."
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Agridulce Desastre [Casthaniel]
Fiksi PenggemarDespués de un 'pequeño' incidente con su padre, Nathaniel termina en casa del rockero local de Sweet Amoris, sin esperarse que eso provoque que su relación con Castiel cambie de 'peor enemigo del mundo mundial' a 'perrito guardián que a veces le sig...