Capítulo 7: Promesa cumplida.

38 5 0
                                    

___ se paseaba con nervios de un sitio a otro. Hacía horas que Monaca había avisado que la selección estaba a pocos momentos de comenzar y que daría lo mejor de sí, pero siendo franca, la joven hechicera solo había logrado hacer que sus nervios se disparasen de mala manera. Solo estaba a un paso de lograr su primer objetivo. Monaca le había explicado el procedimiento de la selección y lo que se haría después de ella. El candidato que lograse superar la selección tendría una audiencia con el sabio de artes temporales en la cual este le pasaría todo su conocimiento. La audiencia sería breve, después de todo, los conocimientos de los sabios son implantados en sus sucesores mediante artes diseñadas por estos mismos. Un método de seguridad para impedir que nadie más pudiese tener acceso a dichos saberes como había ocurrido en el pasado. Los conjuros y demás serían grabados en la memoria del candidato mediante un potente hechizo, el cual, además, maldecía al mismo, impidiéndole revelar sus saberes a nadie más, ni transmitirlos de alguna forma no legítima. Es decir, la selección tenía su objetivo más allá de buscar a alguien capaz, sino que requerían ciertas aptitudes.

Solo podía rezar porque Monaca tuviera esas aptitudes y pudiese superar los retos de la selección. Mientras tanto, ___ decidió enfocarse en su siguiente curso de acciones. No solo podía depender de Monaca. Claro, en caso de que la joven hechicera fallase, esta había prometido ayudarle a que el siguiente sabio le ayudase a volver al pasado de alguna forma, pero en caso de ser ella, le iba a enviar al pasado sin pegas, ¿y luego? Luego ella reencarnaría como una noble, tendría que empezar desde cero como una humana común, sin artefactos, ni poderes extraños, ni brujas ni personajes sobrehumanos. Pero aún recordaba sus promesas de la vida anterior, pues Chisa había hablado de estas y Mukuro las había mencionado. Tenko, Mikan, Fuyuhiko, Masaru, Sayaka, su abuela y su hermano, Himiko, la reina, Kiyo... Fueron los personajes que más habían marcado su vida anterior. Prometieron a Mikan el devolverla a su hogar, prometieron a Fuyuhiko el ayudarle a hallar a su prometida, le prometieron a Masaru las experiencias que su vida como siervo le habían negado... A Sayaka le devolvieron la paz en su reino, a Tenko y a Kiyo les prometió cuidar de su amigo y mantenerlo a salvo. Himiko desapareció la noche del incidente junto a su abuela y hermano menor, y a la reina le prometió cuidar de su hijo. Eran cosas que aún debía cumplir y se aseguraría de hacerlo ni bien sus memorias volviesen a sentarse en su cuerpo.

Pero primero lo primero. Como noble tendría muchas cosas de las que ocuparse, si era hija única, además, lo tendría muy difícil. Si recordaba bien, las nobles de Akreah tenían sus problemas. Son requeridas para aprender etiqueta y escritura como profesión. Su presencia es requerida en cada baile, gala y celebración en general que incluya las casas nobles para presentar sus respetos. Y la peor parte de todas eral ser cortejada de saberse su estatus de soltera. Por supuesto que iba a ser un muermo total. El solo pensar en alguno de esos estirados lanzándole cumplidos, invadiendo su espacio personal o siquiera proponiendo matrimonio le hacía nudos en las tripas. Pero debía aguantarlo, por el bien del mundo, según su noble causa dice.

También tendría que aprender de la medicina (y se recordaba a sí misma) anticuada de los nobles. Aunque no recordase nada específico sobre ello, si daba plena fe de que su abuela rebasaba en conocimiento y cultura a todos los que se proclamaban médicos nobles. Tenía que encontrar la forma de reunirse con su abuela de un modo u otro. Pero sería difícil, pues ella estaría en la franja superior y su abuela y hermano menor eran residentes de los barrios bajos. ¿Cómo lo haría? Esperaba no tener que recurrir a una crisis como la que le llevó a conocer a Kokichi o entonces todo se iría al traste.

Mientras meditaba sobre la futura situación y se distraía, Monaca se acercaba con prisas a su escondrijo. Ni bien dio dos toques en la pared, que la peli___ no escuchó al estar sumida en sus pensamientos, Monaca pateó la puerta, haciendo a la fémina brincar en el sitio, espantada.

Her Will [Prince!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora