Capítulo 8: Otra vez.

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-Es magnífico. _susurró una noble a su amiga de igual posición, sus ojos nunca dejando su objetivo._

-Su destreza es auténtica. No cabe duda de que la sangre de la familia fluye por sus venas. Tanto talento en un cuerpo tan joven. _comentó la contraria, ocultando su sonrisa soberbia tras su abanico de seda_

La melodía de un piano resonaba por todo el salón, una selecta multitud de nobles escuchando atentamente, dejándose llevar por las notas que acunaban sus tímpanos como la mejor de las canciones de cuna. En el centro se encontraba el instrumento, siendo tocado impecablemente por una niña de apenas 7 años. Sus hebras ___ acomodadas firmemente en una coleta alta, aunque sus cabellos no muy largos se expandían en sus puntas en forma de campana. Un vestido de seda blanco a juego con sus zapatos de tacón bajo eran su vestuario. Sus dedos apenas ejercían presión alguna sobre las teclas, como si temiese que estas fuesen a romperse si osaba siquiera poner fuerza a sus movimientos.

Habían transcurrido ya 7 años desde que su reencarnación había tenido lugar, y aunque ya había recuperado parte de sus memorias, muchas de ellas, en su mayoría importantes, seguían faltando. Por ahora tenía claras algunas cosas: quién fue en su pasada vida, los nombres de algunas personas a las que consideró importantes, su previas andanzas y demás. Había recordado casi a la perfección su niñez además, siendo una esclava de una familia noble, cuya marca se ubicaba donde ahora yacía una marca de nacimiento con una peculiar forma. Según su madre, asemejaba mucho una hoja de arce, aunque ella seguía sin ver su similitud con dicho objeto. Parte de sus memorias también la constituían sus conocimientos médicos hasta cierto punto. Hierbas, infusiones, mezclas y demás, pero estaba consciente de que no era suficiente aún como para proclamarse erudita en ello, por ende, se había dedicado a labrarse un nombre de otras formas. Como pianista, por ejemplo. Su destreza le había dado la oportunidad de aprender rápidamente a tocar el instrumento como si fuese algo que hubiese hecho por décadas a pesar de no tener ni una de vida.

¿Para qué debía hacerse conocer por los nobles? No lo recordaba aún, pero confiaba en su instinto por el momento. Y fue una gratificante sorpresa el saberse alabada por sus actividades, siendo parte de una distinguida familia, nadie esperaba nada menos de ella. Gracias a las leyes anticuadas de todas las monarquías, las mujeres raramente tenían alguna profesión remarcable fuera de modas, estética o caligrafía, así que hacer uso de un piano para expandir su nombre fue una sorpresa que nadie esperaba. Ryota fue su primer maestro luego de que la fémina expresase su interés en ello, pero al tener otros asuntos de los que ocuparse, si solo su nivel no sería suficiente al ser solo un pasatiempo, sino que tampoco podría enseñarle siempre que quisiera. Así que el hermano mayor habló con sus padres al respecto, maravillando a sus progenitores con la noticia de que la pequeña de la familia ya había encontrado su primer interés en algo tan sofisticado y complejo como la música, mucho más aún, un piano. El instrumento por excelencia para las noches de teatro y galas de los nobles, no cabía duda en que iba a llegar lejos.

La melodía terminó con un par de notas suaves que dejaron maravillas en los oídos de los presentes. La peli___ dejó su asiento su, tras ofrecer una reverencia silenciosa, caminó hacia sus padres, que se encontraban aplaudiendo junto a sus hermanos, acompasando las alabanzas del resto del público.

-Una presentación admirable. _alabó su madre, inmediatamente abrazando a su hija con una sonrisa apasible en si rostro. La menor solo asintió con una sonrisa vaga, antes de colocarse junto a sus hermanos, a la espera de la continuación del evento_

Actualmente se encontraban en una celebración. Uno de los nobles, cuya hija recién había contraído matrimonio, había pedido a su padre que permitiese a la menor tocar para la apertura del evento. Y ella no tuvo de otra más que aceptar, por el bien de las conexiones familiares. Aquel que hizo la petición poseía un nombre conocido en otros reinos, dueño de una empresa de comercio a gran escala, si bien ella no era la más sociable ni apreciaba al resto de los de su clase (actual), no podía hacer que el prestigio de su familia, que habían construido durante generaciones, se viniera abajo con una negativa. La máxima muestra de descontento que mostró durante toda la controversia fue el no musitar ni una sola palabra a nadie más que a su familia, cosa que pasó desapercibida al tener fama de ser poco habladora e introvertida.

Her Will [Prince!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora