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Estaba sentado en su taburete, esperando aquellos aplausos que solía recibir por parte de su vecino, como si de un acuerdo mudo se tratará desde aquel día, cada que Charles tocaba ciertos aplausos hacian acto de presencia junto a una sonrisa del acanelado de al frente, al inicio le parecía extraño, pero poco a poco se fue acostumbrando, ahora se le hacía molesto no recibirlos como lo que ocurría en ese momento. Había terminado de tocar una adaptación de Vision of Gideon, era un poquito fan de Sufjan Stevens tal vez mucho, cosa que desconcertó al monegasco fue no recibir aplausos por parte del contrario, frunció el ceño, y se paró, estaba ahí pero ¿A que se debía aquel cambio de actitud?

- Po-Porque no...- cuestionó, no tenía derecho pero muy dentro de él quería reclamar aquello.

- Quería llamar tu atención, al parecer lo conseguí- sonrio de vuelta- tocas hermoso

- Gracias- dijo tímido, dispuesto a cerrar las ventanas de vuelta.

-Espera espera... tan rápido?

-Ya toque, y eso que no te he cobrado- comento bromista el joven, por alguna razón su lobo al igual que él, se sentía seguro con el otro sujeto sin emabrgo aún mantenía distancia, lo cual era normal despues de todo, solo quería aparentar confiado, le había resultado en la sinfonica ya que no lo molestaban, tampoco tenía amigos ahí pero con George y Pierre le bastaba.

- ¿Así estamos eh? ¿Qué tocarás mañana lord? - contesto devuelta a su broma.

- ¿Lord?- cuestionó, alzando una de sus cejas extrañado.

- Es que...bueno pareces un principito cuando tocas, no es por burlarme solo que te ves muy bonito tocando, pareces un ángel- agregó apresuradamente tratando de no sonar raro y rogando a los dioses no regarla. Para su suerte, solo escucho una dulce risa por parte de el del enfrente, quedo embobado ante ello, solo ahogó un gritito para sus adentro y le siguio.

- Si que eres muy imaginativo- comentó el chico negando- No te diré que tocaré, solo tendrás que esperar- soltó al final, y el español bajo la cabeza, dramatizandose. Lo ultimo que el monegasco pudo ver fue aquella sonrisa que le había tomado por sopresa, para luego cerrar la cortina retirandose de la habitación para ir al llamado de Arthur, por otro lado, el madirleño suspiraba se quito de la ventana y se regresó a su cama pensando en la plática tan improvisada con el cenizo, era hermoso y sin duda alguna, tenía talento lo cual maravillaba al pelinegro.




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- Oh, estas aquí- dijo como para evidenciar la presencia del ojimarrón.

-¿Dudabas de que te oyera tocar? Si siempre estoy sin falta, en la ventana a la misma hora- antes de aquello, no tenía en cuenta a que hora tocaba pero al parecer el vecino sí, como un horario fijo, le resultaba extraño pero a la vez ¿lindo? No podía describir aquello que poco a poco había estado floreciendo en su interior. Tomo asiento en el taburete, y le dio una mirada más al sujeto tomo aire y sus dedos iban tocando una suave melodía conocida por todos: 𝙼𝚒𝚊 & 𝚂𝚎𝚋𝚊𝚜𝚝𝚒𝚊𝚗'𝚜 𝚃𝚑𝚎𝚖𝚎. El madrileño sintio su piel erizarce notó la pacifidad que emanaba del pequeño cuerpo del músico, como si fuera una melodía propia de él.

Charles, se sentía en extasis tocando, aquella melodía de la que había quedado prendado cuando era solo un adolescente y había quedado maravillado al ver dicha película, no era fan del romance y mucho menos de los musicales, recuerda que dicha vez, fue Pierre quien le mostro la película cuando salieron con Yuki, el novio del francés. Fue como un valdazo de realidad, sentía como la piel se le hacía chinita y un sentimiento de añoranza, nostalgia, felicidad y pérdida inhundaba su ser. Justamente, el mismo sentimiento que Carlos podía palpar, cuando dichas notas dejaban de remeser su mente y poco a poco se apagaban solo quedo en silencio corto sin ser interrumpido, el monegasco alzo la mirada, localizando de forma fija los ojos de quien miraba la escena con un surtido de sensaciones.

¿Acaso alguien roto puede reconocer a los de su especie? ¿Bastaba solo un par de miradas para decirse lo solo que estaban? 

-Lalaland - Rompió el silencio, señalando algo obvio Sainz, Hervé solo se alzo de hombros como respuesta. - ¿Por qué?- aquella pregunta lo saco de foco, de tantas canciones que podría tocar ¿Por qué su favorita? Meditó la respuesta.

- ¿Te gustó? - preguntó de vuelta.

- Sí pero yo pregunté primero - contestó de forma inquiriente.

- No hay razón, solo se me ocurrió y ya, cumplí con mi cometido, te sorprendí- agregó con una sonrisa. 

Carlos acepto su respuesta, y solo suspiró - ¿Desde cuando tocas? Te he visto llegar muchas veces tarde a casa, con ... creo que es tu hermano.

-Vaya acaso eres un stalker- dijo Charles, frunciendo el ceño.

- Lamentablemente solo soy una persona con mucho tiempo. - conetestó rápidamente no quería que las cosas se malinterpretarán - No quiero que pienses mal de mí solo, soy demasiado curioso a veces.

- Tambien lo soy, así si te juzgó eso sería muy hipocríta de mi parte- carraspeó y movio el taburete cerca de la ventana para poder estar más cómodo le intrigaba el chico de al frente, y estaba aburrido de pasar tanto tiempo solo tambien, George y Pierre venían seguido pero no podía abusar de su compañía ambos tenían vidas fuera de él, no quería ser una cargá para ellos, a parte aquel acanelado parecía que no le molestaba su oresencia y podía jurar que en esos galácticos ojos, había un rastro de curiosidad por él era tímido o pero no ciego - Tocó desde los seis,  mi padre me enseñó todo lo que sé así que se lo debo a él.

- Ha de estar muy orgulloso- dijó el pelinegro tambíen acomodandose mejor en la ventana, el rostró del moengasco se emsombreció un poco, tal vez andaba más sensible de lo usual y todo su mar de emociones era parte de su próximo celo. Él español lo notó.

- Él murió, cuando yo tenía diez, Lorenzo, mi hermano nos crió a Arthur y a mí- respondió jugando con una hoja que había caído por ahí cuando no escucho nada por parte del otro alzo su mirada- Hey, no lo pienses mucho, son cosas que suelen pasar, al final estamos bien ¿no? Eso es lo que importa - Admiraba la resiliencia del muchacho y era inevitable no rendirse a sus ojos verdes que lo miraban un destelló de luz.- Umm... ¿Estás bien?

Salió de su trance ante la pregunta - Sí, lo siento, me pierdo... comprendo aún así ha de haber sido duro para ustedes- fórmulo las palabras lo mejor que pudo, no podía creer como es que este joven tenía tanta fuerza para seguir viviendo des pues de todo, se le vía con una sonrisa.

- Sí, pero te acostumbras solo es cuestión de tiempo para hacerlo- fue en ese momento que fue llamado, eran casi las cinco de la tarde tenía que ir a ensayar con la sinfonica suspiró resignado- Debo irme, ¿nos vemos mañana?

- Sí claro príncipito, con cuidado- comentó y solo recibió una sonrisa como respuesta, las cortinas fueron cerradas.





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Esperó que les este gustando, muchas gracias por el apoyo

Shallow - 𝖢𝗁𝖺𝗋𝗅𝗈𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora