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- Max, mira yo creo que ahí puedes estacionar el carro. Sí guardamos el regalo, ¿no? - pregunto el pecos mientras miraba al peque que estaba en su sillita de auto.
- Sí Pecas, no te preocupes tranquilo - dijo, mientras se dirigia al lugar.
Bajaron del auto, y el mexicano se encargo de bajar al bebé, por su lado el rubio se encargo de bajar el regalo de la maletera, cruzaron y tocaron la puerta, fue una cara conocida quien les abrió.
- ¿Jules? Dios a los años, ¡¿Qué haces acá?!- pregunto efusivo, entrando ambos a la casa.
- Pues, no me iba a perder el cumpleaños de Alonso, pues, pasen pasen.
Los dejo ingresar y la pareja se acomodo en el living dejando la caja que había traído de regalo para el español, con ello tomaron asiento en el sofá, salio un castaño de la cocina, saludandolos. Fernando y Sergio se conocían desde hace años, pues el madrileño estaba conciente de en que cosas estaba su hijo, sin embargo sabía muy bien que no iba a estar en riesgo alguno ya que tenia varios ojos en él.
La puerta volvió a sonar, Jules recibio a los nuevos invitados, quienes eran Lorenzo y Arthur, este quedo boquiabierto al ver a sus dos grandes pilotos favoritos, así que tal vez le venció los nervios pero corrió, detras del fránces. Lorenzo solo rió por la escena y se acerco a saludar a Fernando, no lo conocía mucho pero debido al rubio estaba asistiendo, lo que tambien se le hizo gracioso era ver al bebé que solía cuidar y Sergio.
- ¿Y ustedes que hacen acá?- solto, acercandose a saludar - Hey Arthur ven, entregale el regalo al cumpleañero - comento abrazando a Fernando - Feliz cumpleaños
Jules tomo asiento al lado del neerlandes, mientras que Sergio y Lorenzo platicaban con Alonso y los dos pequeños pasaban tiempo juntos. La puerta de abrió, dejando ver a Charles y Carlos, el ojiverde con una cajita de regalo y el acanelado con un par de helados.
- Llegamos pá...oh woah, que rápidos, hola a todos
- Buenas... ¿Jules, Lore? ¿Qué hacen acá? - se acerco a Fernando
- Charlie, no te hubieras molestado por el regalo - comento el español abrazando al chico con cuidado, aun le costaba un poco pero había un gran avance con el monegasco.
- Era lo mínimo que podía hacer, a parte, se que le va a gustar
Comento, y se fue a seguir a Carlos quien rápidamente se había metido a la cocina a supervisar lo que había dejado cocinando. Luego de un rato de plática tranquila la cena empezo, todos tomando asiento, mientras los más jovenes servian la mesa, era un ambiente calido y ameno pese a todo lo cual resultaba hasta divertido, habían muchas cosas de las que no tenían ni idea pero que salieron a la luz.
- Y pues así fue como este muchachote termino pidiendome matrimonio, la verdad que no tenía idea, y eso que luego me dijo que me estuvo dando indirectas
