Necesidad

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Los dos habían dormido bajo un árbol de glicinias al no poder pasar la noche en una misma habitación por respeto a la propietaria de la finca, la verdad que a lo mucho habían dormido 4 horas antes que el sol de hiciera acto de presencia, ya que el más joven de los dos cayó dormido a no estar acostumbrado a los horarios de sueño de los cazadores que en su mayoría consistía en dormir pocos períodos de tiempo y estar más de vida nocturna.

Kochou Shinobu se percato de la ausencia del joven Kotetsu gracias a las niñas de la finca, que tan solo despertar se encargaban de verificar el estado de los huéspedes, así que con esto en mente pudo deducir que no estaría tan lejos, claro que hacer un omega era fácil deducir donde sería un sitio seguro para un omega en un hogar ajeno, buscando olores familiares y las glicinias eran un olor muy frecuentes en la villa de los herreros, así que solo le subastó ir al patio exterior para ver a los dos jóvenes acurrucados en el pasto y en la sombra del árbol de glicinias.

– ¿Deberíamos despertarlos? -Pregunto Aoi mirando a los dos adolescentes.

– No, son al final de la cuenta son aún muy jóvenes, dejemos que disfruten lo poco de infancia que les queda, me siento triste de que algunos tuvimos que crecer muy rápido que se nos olvida los placeres de la inocencia -Exteriorizó con melancolía mirando a los dos acurrucados, tal vez deseando un mundo en que las infancias no fueran dañadas por demonios única más y donde los niños no tengan que despedirse de sus padres tan rápido.

– Entiendo muy perfectamente lo que dice, ¿usted cree que ellos se den cuenta que son predestinados? -Preguntó Aoi nuevamente, pero ahora mirando a su hermana mayor.

– Puede que no sepan que es eso, recuerda que la educación sobre castas no es algo que se cuente a los más pequeños, Kotetsu por lo que entiendo es huérfano desde los 9 y Tokito... Entiendes a lo que voy, ¿no? -Respondió con calma.

– Claro, que ninguno de los dos está informado, en ese caso deberíamos de intentar buscar ayuda a Muichiro y Kotetsu. -Dedujo la joven de ojos azules y temperamento fuerte.

– Aunque estoy un poco preocupada por el chiquillo -Admitió con calma Shunobu.

– No deberían de preocuparse, yo pediré su mano -Dijo el pilar de la niebla con una mirada neutra y calmada que en un abrir y cerrar de ojos estaba detrás de Shinobu.

– Ouh, Ara ara Tokito, veo que a ti nada se te escapa, ¿piensas pedir su mano sentí ustedes tan jóvenes? -Interrogó alfa, girando su cuerpo, dándole tiempo a Aoi de ir a preparar los alimentos de la mañana.

Tokito era rápido y liviano como una pluma, así que no le sorprendió demasiado verlo ahí tan rápido, fuera de eso Tokito sentía curiosidad de que hablaban con exactitud, solo escucho mis poco de la conversación.

– Tengo mis razones, pero quiero saber más sobre el supuesto asesoramiento que me hace falta -Interrogó con su mirada tranquila.

[...]

Kotetsu se despertaba siendo cargado por un kakushi, lo sabía por el trote de este que asumió rápidamente que lo trasladaban a la villa, su primer pensamiento fue tocar su cara para verificar que tuviera la máscara, para su fortuna si la tenía y fuera de ello tenía en su espalda atado con una especie de pañuelo largo una especie de cajita de madera, que asumió rápido sería el desayuno.

– ¿Cuánto llevamos de camino? -Pregunto Kotetsu algo mareado.

– Solo 3 horas, perdón por no molestarte, fueron indicaciones del pilar de la niebla y la señorita Kocho -Aclaró deteniéndose lentamente bajo un árbol.

Kotetsu con cuidado se bajo de aquel Kakushi inholoro. Dándose cuenta que desde su primer celo se había vuelto muy sensible a la percepción de olores.

Unión por compatibilidad [Muitetsu] <Concluida>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora