Wednesday.
Mis padres dicen, que cuando no entienda algo; he de tener que confrontarlo con todas las agallas de la familia Addams. Y que no hay nada imposible en este mundo. -Quizá para ellos- Estaba atrapada entre una conversación; que para nada me importaba o interesaba, pero escuche su magnífica voz y me quede congelada y atada a la cama. Sin poder moverme, y, sin, ni siquiera poder hacer algo.
—Lo harás. Y además no tengo nada que juzgar, yo misma me declaró una chica sáfica—. Completo la chica que había conocido en el salón de historia, antes de que me desmayara y perdiera la conciencia. - No me pregunten ¿Cómo reconozco su voz? Yo solo lo sé-.
— Les agradecería que siguieran con su coqueteo en mi ausencia —. Declaré, retomando el control de mi cuerpo y topándome con los ojos azules, más hermosas y serenos de este universo. Mi corazón comenzó a palpitar más de lo habitual, así que, intuí que se trataba de la secuela de mi reciente desmayo.
Me levanté, tan rápido como pude. Sintiendo un leve mareo, pero controlándolo de inmediato; para poder proseguir con mi escape de esta situación tan incomoda –No les recomendaría escuchar a dos adolescentes coquetearse entre sí-. Al llegar a la puerta, mis modales se apoderaron de mí y me hicieron girar en dirección a las implicadas en esta situación.
— Me alegro de verte Melanie y bienvenida. Pero ahora te dejo para atender un pequeño asunto —. Dije, tratando de calmar mis impulsos, -ya que, me encontraba molesta con Melanie ¿Por qué? No lo sé-. Desvíe mi atención de ella y me concentre en la otra rubia en la habitación.
—Adiós licántropa—. Finalice, sin más que decir; recordando la pequeña descripción que Tanaka, me dio de la rubia.
Ya fuera del cuarto, camine con decisión hasta mi cuarto, pensando en todo lo que había ocurrido.
—Hoy se arregló bastante el cabello—. Dije en voz alta, revelando mis pequeñas críticas, acerca de la licántropa que conversaba muy feliz con Melanie.
—Melanie no tiene tiempo que perder—. Dije en un tono burlesco al negar suavemente con la cabeza –pero, debo de admitir que tienen buen gusto las dos-. Sonreí, conteniendo la pequeña carcajada que quería salir de mi garganta.
Mis pasos fueron apresurados, pues he llegado a mi cuarto, antes de lo pensado.
—Abre, Dedos; sé que estás ahí—. Demande, ocultando todo detalle de alegría en mi rostro –no entiendo la causa de este cambio repentino, pero le echaré el agua sucia a mi desmayo-.
La puerta se abrió lentamente, como en una película de terror.
"Regresaste, hace décadas que no te veo". Exageró mi pequeño compañero, saltando de la emoción, con el fin de llegar a mi hombro y abrasarme, como si fuera el fin del mundo.
Y entre esos pequeños dedos que me abrasaban, encontré consuelo, para un dolor en el pecho que me estripaba el corazón y no me dejaba respirar –Ese desmayo, me debe una y mil vidas-.
—No exageres, solo te abandoné un día. Hablando de eso ¿Cómo va tú investigación? Has hallado algo útil—. Me adentré a mi cuarto y cerré la puerta con mi pie izquierdo, –agradezco ser un ser humano con cuatro extremidades. - avance hacia los adentros del cuarto y me deje caer en la cama, con Dedos, aun en mi hombro.
"No, pero no pierdo la fe". Argumento, la pequeña mano, posicionándose en mi perímetro óptico.
— ¿Fe? —. Solté un suspiro y me hundí en mis recuerdos sellados por la niebla de ese día.
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NeverMore Academy
FanficAddams continúa su vida como de costumbre, pero repentinamente y sin razón alguna, se enfrentará con demasiados obstáculos, como el simple hecho de que ahora hay sentimientos surgiendo sin razón aparente y formas de pensar, actuar y expresarse que l...