La noche en el hospital se extendía en un vaivén de luces intermitentes y el constante sonido de los monitores y pasos apresurados. Bastian había llegado a su límite. Después de una jornada extenuante que incluía consultas interminables y dos cirugías que se extendieron por más de dos horas cada una, el cansancio le pesaba como una losa. La tensión y el agotamiento acumulado se estaban haciendo sentir, pero aún quedaba mucho por hacer.
A las 10 de la noche, una enfermera amable, que había notado el estado de fatiga en Bastian, se le acercó con una sonrisa comprensiva. —Bastian, deberías tomar un descanso. Has estado trabajando todo el día. Si llega una emergencia, te avisaré.
Bastian la miró con gratitud y asintió. No tenía fuerzas para argumentar. —Gracias, lo haré. —Se dirigió a la sala de descanso, donde se dejó caer en un sillón incómodo y cerró los ojos, buscando un breve respiro.
Dos horas después, Bastian se despertó con el sonido de su teléfono móvil vibrando en el bolsillo de su bata. Se estiró con dificultad y sacó el teléfono. Había varios mensajes de Valeria, llenos de preocupación y una pizca de molestia.
**Valeria:** *Bastian, ¿dónde estás? Llevo esperando más de dos horas. ¿Por qué no has aparecido?*
**Valeria:** *Estoy preocupada, ¿estás bien? Por favor, respóndeme.*
Bastian, agotado pero preocupado por la frustración de Valeria, comenzó a teclear con dedos pesados.
**Bastian:** *Lo siento mucho, Valeria. He tenido un día realmente largo. Después de la cirugía, Mario me asignó una guardia de 24 horas adicionales sin previo aviso. He estado en consultas y cirugías todo el día. Una enfermera me sugirió que descansara un poco, y me quedé dormido. Estoy en el hospital, pero ahora me voy a poner al tanto de todo. Perdón por la espera. Te debo una explicación completa.*
Bastian envió el mensaje y se dirigió nuevamente al área de trabajo, con la intención de hacer su parte y tratar de recuperar un poco el tiempo perdido. La sala de descanso se había convertido en su lugar de recarga, y mientras se reincorporaba a su labor, se encontraba todavía medio aturdido por el cansancio.
Valeria, al recibir el mensaje de Bastian, sintió una mezcla de alivio y preocupación. Decidió que, a pesar de la hora, haría algo por él. Pensó en llevarle algo de comida, un cambio de ropa y, por supuesto, mucho café para mantenerlo despierto. Sabía que el turno de Bastian no terminaría hasta mucho después, y quería hacerle saber que estaba pensando en él y apoyándolo en medio de la tormenta.
Mientras tanto, Bastian estaba preparado para enfrentar otro desafío. A las 4 de la mañana, se estaba alistando para una apendicectomía laparoscópica. La cirugía se llevó a cabo con éxito, y Bastian se dirigió a la sala de espera para informar a la familia del paciente.
—La cirugía fue exitosa —dijo Bastian con una sonrisa cansada—. El apéndice ha sido extirpado sin complicaciones. El paciente estará bien y pronto comenzará su recuperación.
La familia del paciente expresó su alivio y agradecimiento, y Bastian se volvió para irse cuando vio a Valeria entrando por la puerta. A pesar del cansancio, la presencia de Valeria era como un rayo de sol en la penumbra del hospital. Llevaba una bolsa con comida y una taza de café humeante.
—Valeria, ¿qué haces aquí a esta hora? —preguntó Bastian, con una mezcla de sorpresa y gratitud.
—Vine a traerte esto. —Valeria le extendió la bolsa—. Pensé que podrías necesitar un poco de comida, un cambio de ropa y mucho café. Sé que has tenido un día largo.
Bastian aceptó la bolsa y la taza de café, sintiéndose profundamente agradecido. —No sé qué decir. Esto significa mucho para mí. Gracias, Valeria.
Valeria sonrió. —Solo cuídate, ¿de acuerdo? Yo tengo turno a las 10 de la mañana, así que me voy a casa a descansar. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.
Bastian asintió, con la mirada llena de aprecio. —Lo haré. Nos vemos mañana.
Valeria se despidió con un último gesto de cariño y salió del hospital. Mientras la veía alejarse, Bastian se sintió renovado por el gesto de Valeria. La comida y el café pronto hicieron efecto, y aunque el cansancio seguía presente, la moral de Bastian había recibido un gran impulso.
Con el estómago lleno y el café corriendo por sus venas, Bastian se preparó para enfrentar las últimas horas de su guardia con renovada determinación. El hospital seguía siendo un lugar de desafíos y estrés, pero con Valeria en su vida, sentía que podía enfrentar cualquier cosa que se le presentara.
A la mañana siguiente, cuando Valeria llegó al hospital, se encontró con Dereck en la entrada. Ambos estaban discutiendo sobre una próxima conferencia que el hospital organizaría sobre la prevención del embarazo adolescente. Sin embargo, Dereck pronto se dirigió al piso de cirugía, donde escuchó rumores que implicaban a Bastian y a Mario, el encargado del piso.
Curioso y con una actitud de detective, Dereck investigó quién había comenzado estos rumores y descubrió que el responsable era el doctor García. Decidido a aclarar la situación, Dereck confrontó al doctor García.
—Eres un cinico —le dijo García—, reclamarme cosas sin importancia y con esas evidencias.
No satisfecho con la respuesta, Dereck presentó a Mario la información que había reunido. Mario, al ver las pruebas en contra del doctor García, decidió levantar el castigo que había impuesto a Bastian. Además, le advirtió que debía cuidarse, ya que había alguien en la administración que estaba buscando motivos para despedirlo.
Cuando Bastian se enteró de que el castigo había sido levantado, se lo comentó a Valeria.
—Me han levantado el castigo y creo que finalmente podré descansar un poco —dijo Bastian, visiblemente aliviado.
Valeria, al escuchar esto, le deseó que pudiera tener una buena recuperación y que descansara bien. Ambos sabían que el camino en el hospital estaba lleno de desafíos, pero también entendían que podían contar el uno con el otro en medio del caos.
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Pasiones que matan
RomanceEn un renombrado hospital de la ciudad, Valeria comienza su especialización en ginecología bajo la tutela del reconocido doctor García, un hombre con secretos tan oscuros como su apellido. Aunque su enfoque está en el futuro brillante de su carrera...