Capítulo 6

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Valeria se sentía abrumada por la carga emocional que llevaba desde esa mañana fatídica en la rotación de ginecología. La paciente que había atendido, una mujer joven con complicaciones graves en su embarazo, no había sobrevivido. A pesar de todos los esfuerzos del equipo médico, incluyendo los suyos, no pudieron salvarla.

El peso de la culpa la había seguido durante todo el día. Había repasado mentalmente cada paso que había dado en el manejo del caso, cuestionándose si pudo haber hecho algo diferente, algo mejor. Los comentarios del doctor García no habían ayudado en absoluto. En la reunión de retroalimentación, él la había criticado severamente por sus decisiones y acciones durante el caso. Le reprochó su falta de experiencia y la amenazó con quitarle el privilegio de ser monitora si no mejoraba rápidamente.

Valeria se sentía desalentada y vulnerable. En medio de la tensión y la tristeza, Bastian fue el único que notó realmente cómo se sentía. Él había estado a su lado desde el principio, apoyándola en silencio durante las rondas y ofreciéndole palabras de aliento cuando podía.

Esa tarde, Bastian la invitó a salir a comer. Quería hablar con ella en privado, lejos del ambiente estresante del hospital. En un pequeño café cercano al hospital, Bastian y Valeria se sentaron en una mesa apartada.

"Bastian, no sé qué hacer", admitió Valeria, mirándolo con ojos cansados pero agradecidos.

Él tomó su mano suavemente. "Valeria, escucha. Lo que pasó hoy fue difícil para todos. No puedes cargar con toda la responsabilidad de lo que ocurrió. Eres una excelente estudiante y médica en formación. A veces, las cosas simplemente no salen como esperamos en medicina".

Valeria asintió, sintiendo un nudo en la garganta. "Pero el doctor García... fue muy duro conmigo. Me hizo sentir como si fuera completamente incompetente".

Bastian apretó su mano con más fuerza. "No tienes que soportar ese trato, Valeria. No es justo. Tú te esforzaste al máximo hoy, y nadie puede negarlo. Ser monitora no define tu valía como médica".

Las palabras de Bastian resonaron en Valeria. Sabía que tenía razón. Ser monitora había sido un objetivo importante para ella, pero no a cualquier costo. No podía permitir que su autoestima y su pasión por la medicina se vieran socavadas por un ambiente tan tóxico.

"Bastian, ¿crees que debería dejar de ser monitora?", preguntó Valeria, mirándolo directamente a los ojos.

Él la miró con ternura. "Creo que deberías pensar en lo que es mejor para ti en este momento. Tu bienestar emocional y tu crecimiento como médica son lo más importante. Si sientes que este puesto está afectando negativamente eso, entonces tal vez sea hora de considerar dejarlo".

Valeria asintió lentamente, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Bastian siempre tenía la habilidad de calmarla y hacerle ver las cosas desde una perspectiva más clara.

"Gracias, Bastian. Gracias por estar aquí para mí", dijo Valeria sinceramente.

Él sonrió gentilmente. "Siempre estaré aquí para ti, Valeria. Ahora más que nunca".

Terminaron su comida en un ambiente más ligero, compartiendo anécdotas y risas que ayudaron a aliviar la tensión del día. Valeria sabía que aún tenía un largo camino por recorrer en su carrera médica, pero tener a Bastian a su lado le daba la confianza para enfrentar los desafíos que vendrían.

Esa noche, Valeria tomó la difícil decisión de renunciar a su puesto como monitora de la rotación de ginecología. No fue fácil, pero sabía que era lo correcto para ella en ese momento. Con el apoyo de Bastian y su propia determinación, estaba lista para seguir adelante y aprender de las experiencias, tanto las buenas como las difíciles, que la medicina le tenía reservadas.

Pasiones que matanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora