Capitulo 22

51 5 0
                                    

 Capitulo 22

—¿Qué? ¿Rechazaste un Corvette Z06? —preguntó por tercera vez Saúl—. ¿Es que acaso te volviste loca? —gritó mi amigo, mientras Sofi y yo moríamos de risa sentadas en la sala.

—No necesito nada de eso.

—¿Qué demonios le pasa con la seguridad? —preguntó curiosa Sofi—. No digo que me moleste tener seguridad extra, pero creo que lo de él va más allá.

—No tengo idea, pero en realidad eso es lo que menos me preocupa en este momento.

—Tienes razón. Enséñame nuevamente el mensaje —le entregué mi teléfono otra vez para que viera el mensaje que me llegó.

Después del trabajo, Saúl me trajo a casa. Decidimos hacer una noche de chicas aprovechando que ninguno de los tres tenía planes.

—Lo que me parece extraño es que este mensaje haya llegado después de la conversación que tuviste con la Barbie humana —comentó misteriosa Sofi.

—¿Crees que haya sido Mia la que envió ese mensaje? —preguntó curioso Saúl.

—No me atrevería a afirmarlo, pero tampoco a negarlo. Esa mujer no me da buena espina. Creo que debes irte con cuidado, Andy. Por ningún motivo te veas con ella a solas —advirtió mi amiga.

Comencé a sentir la piel de gallina por la advertencia de mi amiga. ¿De verdad tendría que cuidarme de esa mujer? Solo pensar en ella hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

—Con respecto al número, acabo de enviárselo a un conocido que se encarga de rastrear ese tipo de cosas.

—Esto sí es inteligencia —respondió Saúl. Ambos reímos. Tenía razón, Sofi siempre tenía a ese amigo de un amigo que le ayudaba a resolver las cosas.

—¿Creen que sea importante hablar de esto con Aaron? —Sofi me miró y después habló.

—Dado que su noviazgo fue confirmado a nivel nacional, creo que no es necesario preocuparse por algo que seguramente es una tontería o de alguna loca ex que se sintió frustrada por no haberlo atrapado. Tranquila, esperemos unos días a ver qué información nos da mi amigo.

—De acuerdo —respondí no muy convencida.

Las semanas pasaron volando, la relación con Aaron iba mejor que nunca. Solíamos pasar los fines de semana juntos. Intenté tocar el tema de Mia y de sus ex parejas, pero para mi sorpresa, me topé con un Aaron a la defensiva, por lo que no volví a tocar el tema. Pensé que tal vez no tenía derecho a indagar en algo que obviamente no quería compartir conmigo, así que decidí enfocarme en el aquí y ahora, y para mi sorpresa resultó ser la mejor decisión.

—Señorita Montiel, puede pasar —escuché la voz de la enfermera que me abrió paso a un enorme cuarto donde donaría sangre. Miré mi teléfono que vibraba.

Satanás Ferrec: Te extraño 😰, ojalá estuvieras aquí...

Reí al ver su mensaje. Desde que comenzamos, siempre estábamos juntos. Si no era en el trabajo, era fuera de él. Sin duda nos habíamos acostumbrado a estar juntos.

Yo: También te extraño, ojalá tú también estuvieras aquí...

Satanás Ferrec: Gracias por la invitación, pero no gracias... 💉

Reí ante su respuesta, ya que Aaron resultó no ser tan fan de las agujas.

Yo: Tengo que irme, el enfermero acaba de llegar.

Satanás Ferrec: ¿Enfermero?

Miré al enfermero acercarse.

—Andy, ¿cómo estás? —preguntó Sebastián, quien había trabajado en el hospital donde era voluntaria.

FerrecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora